El uso de aviones no tripulados por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) para tareas policíacas en Estados Unidos confirmó las sospechas expresadas años atrás y avivó los temores sobre sus alcances y consecuencias.
La revelación hecha por el director del FBI, Robert Mueller, ante senadores evidenció la creciente tendencia entre un mayor número de países del mundo para recurrir a esta tecnología, cuya aplicación más conocidas es el frente de guerra.
Además de Estados Unidos, China, Francia, Alemania, India, Irán, Israel, Rusia, Turquía y el Reino Unido utilizan actualmente aviones no tripulados, conocidos como drones, para tareas relacionadas a la seguridad nacional.
Sin embargo, un reporte de la Oficina de Investigaciones del Congreso (GAO, por sus siglas en inglés) dado a conocer en 2012 reveló que actualmente otros 66 países del mundo utilizan este tipo de tecnología.
La cifra de 76 países que cuentan con aviones no tripulados para realizar tareas de diverso tipo representó un incremento de casi 50 por ciento respecto de los 41 que figuraban en esta lista en 2005.
De acuerdo con el reporte, entre estos países figuran siete latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Panamá y Perú.
Si bien algunos de los más sofisticados drones para uso militar son fabricados en Estados Unidos por compañías como Boeing, Lockheed Martin, Northrop Grumman y Raytheon, esta proliferación parece haber sido impulsada por Israel en gran medida.
Un reporte dado a conocer a principios de este año por la firma privada estadunidense Frost and Sullivan sugirió que Israel es ahora el mayor exportador mundial de esta tecnología.
De 2005 a 2012 Israel realizó exportaciones de aviones no tripulados y tecnología asociada por 4.6 mil millones de dólares, en contraste con Estados Unidos, cuyas ventas en este frente se ubicaron entre dos mil y tres mil millones de dólares, de acuerdo con el reporte.
Empero países como Italia, Alemania y Sudáfrica también exportan esta tecnología, cuya demanda para propósitos militares podría aumentar en 200 por ciento la próxima década de acuerdo con la firma Teal Grup, que analiza la industria aeroespacial.
Debido a que no existen cifras oficiales al respecto, las sospechas sobre las exportaciones israelíes apuntan a que estas aeronaves están destinadas sobre todo para tareas de monitoreo y vigilancia.
Estas variantes son poco conocidas dado que hasta ahora la atención se ha centrado en las aeronaves tipo predator como el MQ-1 que ha sido utilizado por Estados Unidos en Afganistán, Irak, Pakistán, Yemen, Libia, Somalia y antes en Bosnia.
Actualmente los aviones no tripulados, o drones, están divididos en tres categorías, las cuales dictan en mucho los usos a que son destinados.
En primer lugar están los de tamaño pequeño, los mini, algunos de los cuales podrían ser del tamaño de un colibrí, vuelan a poca altitud, operan en un rango limitado y pueden permanecer en el aire por una cuantas horas.
Una de sus versiones más populares es el Raven (Cuervo) que es lanzado a mano y pesa poco más de dos kilogramos.
La segunda categoría corresponde a los aviones tácticos que vuelan a latitudes bajas y media y que pueden durar en vuelo varias horas y pueden operar en áreas comprendidas en radios de hasta 300 kilómetros.
Entre estos se incluyen el Shadow (Sombra), utilizado por el ejercito de Estados Unidos para tareas de reconocimiento, de tamaño similar al de un vehículo sedán compacto y el cual es lanzado desde una plataforma portátil.
En la última categoría se ubican los drones para tareas estratégicas, que son los de mayor tamaño, los más sofisticados y los que generalmente realizan ataques en adición a las operaciones de espionaje.
Uno de los más conocidos es el Global Hawk (Halcón Global) fabricado por la Northrop Grumman, al tamaño de un jet de combate, puede monitorear un área equivalente a 100 mil kilómetros cuadrados en un día y transportar más de una tonelada en bombas y misiles.
Dependiendo del tipo, tamaño y nivel de sofisticación, el costo de estos aviones puede ir desde unos miles de dólares hasta los 131 millones de dólares a pagar por un Global Hawk, uno de los de mayor tamaño junto con el Heron TP, producido por la empresa Industrias Aeroespacial Israel o IAI.
La mayoría de estos aviones no tripulados están equipados con cámaras de video, en adición a lo cual otros puede contar con equipo de visión nocturna, sensores y en el caso de misiones militares, misiles.
En la mayoría de los casos la operaciones de estos aviones requieren de un par de personas, además del piloto, en muchos casos puede estar sentado en un centro de mando ubicados a cientos de kilómetros de distancia de la base de la aeronave.
En casos como el Shadow, la operación de este dron de tamaño mediano requiere de un equipo de 22 soldados.