El gobernador de Texas Rick Perry firmó el jueves una nueva ley de aborto con amplias restricciones que podrían provocar el cierre de muchas clínicas en el estado.
Más de un centenar de legisladores republicanos participaron en la ceremonia de suscripción mientras un pequeño grupo de manifestantes que vestían de luto protestaba fuera del local y portaba un cartel que decía "Vergüenza". La ley ha provocado protestas durante semanas en el Capitolio estatal.
La nueva ley prohíbe los abortos después de la 20ma semana de embarazo y regula cuándo se deben tomar los
medicamentos que inducen al aborto. Pero asimismo obliga a que los médicos de las clínicas de aborto tengan privilegios de admisión en los hospitales y restringe la práctica del aborto a los centros quirúrgicos. Actualmente, sólo cinco de las 42 clínicas de aborto que operan en Texas cumplen con los requisitos de la nueva ley.
La ley entrará en vigencia en octubre y las clínicas tienen un año para mejorar sus instalaciones o de lo contrario deberán cerrar. Perry destacó que la nueva ley "se basa en nuestro compromiso de proteger la vida en el estado de Texas".
El gobernador y otros políticos republicanos del estado dieron prioridad a la aprobación de la ley, en parte con el objeto de complacer a sus simpatizantes antes de las elecciones primarias de su partido en marzo. El mes pasado no lograron aprobar la ley en el último día de una sesión legislativa especial debido a una prolongada obstrucción de un senador demócrata y una acalorada multitud. Pero lograron su cometido la semana pasada después que Perry convocó a una segunda sesión extraordinaria a fin de que se aprobara la nueva ley.
El vicegobernador David Dewhurst dijo el jueves que la "izquierda radical" había provocado un "caos intencional" que demoró la aprobación inicial de la ley. Afirmó que gracias a las oraciones e incluso a "la mano de Dios" se logró que el jueves se concretara, mientras un grupo de 25 manifestantes gritaba "¡Vergüenza!, ¡Vergüenza!
¡Vergüenza!" en los corredores.
Quienes están a favor de la ley alegan que garantizará un cuidado de salud de alto nivel a las mujeres y a los fetos, pero sus detractores opinan que su exceso de regulación tiene la intención de obstaculizar que se obtengan abortos.
Los jueces federales han bloqueado medidas similares en otros estados, cuestionando su constitucionalidad. Se prevé que los opositores entablarán demandas judiciales similares en Texas ahora que Perry ha suscrito la ley.
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