Joseph Hardman, paramédico en una
ambulancia de Detroit, Michigan, trasladaba a una víctima de ataque
caridaco al Centro Médico de dicha ciudad, cuando comenzó a sufrir
dolores en el pecho.
Sacrificando su propio bienestar, el
paramédico continuó tratando al paciente hasta que fue puesto a
salvo en la unidad de tratamientos cardiacos del hospital.
Inmediatamente, Hardman ingreso por su
propio pie a urgencias, en donde fue tratado por su infarto. Tras
sobrevivir, el paramedico ahora se encuentra prácticamente junto al
hombre cuya vida salvo.
De acuerdo a expertos, el paramédico tuvo suerte de encontrarse en una ambulancia rumbo al hospital al sufrir el infarto y de sobrevivir.
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