El primer ministro británico David Cameron perdió el jueves una votación en el Parlamento para avalar una acción militar contra Siria, una sorprendente derrota para un gobierno que se preparaba para unirse a Estados Unidos en una posible incursión militar para castigar al régimen de Bashar Assad por el presunto ataque con armas químicas de este mes.
La moción no vinculante de Cameron fue derrotada por 13 votos, 285 en contra y 272 a favor, y el líder conservador admitió después de la votación que "el Parlamento británico, en un reflejo de los puntos de vista de los británicos, no quiere ver una acción militar británica".
El primer ministro dijo en declaraciones concisas que aunque él cree en una "respuesta contundente" al uso de armas químicas, respetaría la voluntad de la Cámara de los Comunes.
En respuesta a la votación, la Casa Blanca dijo que en su decisión sobre un posible ataque militar a Siria se guiará por los intereses de Estados Unidos, lo cual indica que Washington estaría dispuesto a actuar por su cuenta si otras naciones no lo apoyan.
La derrota fue tan dramática como inesperada. Al comienzo de la semana, Cameron parecía listo para unirse a Washington en una posible intervención militar contra Assad por el presunto ataque con un gas letal. Pero el empuje a favor de ataques contra el régimen sirio comenzó a perder impulso a medida que el Partido Laborista británico —todavía arrepentido de su nefasta decisión de defender la invasión de Irak en 2003— anunció su oposición a la medida.
Cameron dio concesiones, al prometer que daría tiempo a los inspectores de la ONU para informar al Consejo de Seguridad de la ONU y hacer cuanto fuera posible para garantizar una resolución allí. También se comprometió a dar a los legisladores una segunda votación, en un intento de calmar los temores de que Gran Bretaña se apresuraba a embarcarse en un ataque contra Assad.
Al final, no fue suficiente para disipar las persistentes sospechas de que lo que se anunciaba como una campaña limitada podría convertirse en una pesadilla al estilo de la guerra en Irak.
Tony Travers, director del departamento de gobierno de la London School of Economics, dijo que Cameron claramente cometió un error de cálculo al convocar al Parlamento antes de que concluyera su receso de verano.
Dijo que la medida había sido impopular incluso dentro del Partido Conservador de Cameron.
"Está claro que esto será visto como una derrota, sugiere concibió la operación política, tanto con la oposición como con algunos miembros de su propio partido", dijo Travers . "No es grandioso, no es brillante, pero tampoc es el fin del mundo para él. Ha perdido votaciones antes. No necesariamente los detiene para tomar nuevas medidas, pero en realidad van a tener que empezar de nuevo".
Añadió que no había mucho apoyo de la opinión pública británica a una intervención militar de su país en Siria.
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