Más de tres años después de su arresto en Irak, el soldado estadounidense Bradley Manning fue sentenciado el miércoles a 35 años en prisión por filtrar un volumen sin precedentes de información secreta al otrora desconocido sitio cibernético Wikileaks, que se opone a los secretos de Estado.
La condena de Manning fue leída por una jueza en un tribunal militar de Fort Meade, cerca de Baltimore, culminando un juicio de 12 semanas y una larga batalla legal sobre las intenciones del ex analista de inteligencia cuando se puso en contacto con WikiLeaks.
El mes pasado, la jueza condenó al soldado, ahora de 25 años de edad, por 20 delitos, entre ellos seis violaciones a la Ley de Espionaje. Enfrentaba una sentencia máxima de 90 años de prisión.
Los fiscales habían pedido a la jueza militar, la coronel del ejército Denise Lind, a que lo condenara a por lo menos 60 años tras las rejas por delitos que incluyen seis trasgresiones de leyes de espionaje, cinco delitos de robo y fraude informático.
El abogado de Manning, David Coombs había sugerido que no se le condenara a más de 25 años, porque para entonces, algunos de los documentos que filtró Manning serán desclasificados y habrán prescrito.
La fiscalía había presentado a Manning como un "infiltrado determinado", un ciberpirata anarquista y traidor que comenzó a trabajar pocas semanas después del inicio de su servicio en Irak en el 2009 para suministrarle a WikiLeaks y su fundador Julian Assange exactamente lo que deseaba.
Manning y su equipo de defensa han mantenido que era un soldado idealista con una motivación pura: exponer
verdades brutales sobre los cuerpos militares y diplomáticos de Estados Unidos. Indicaron que la crisis de identidad de género del soldado gay por la regla vigente en las filas militares en que no podía hablar de su vida se intensificó al punto que lo llevó a actuar de esa manera, creyendo erróneamente que al exponer los documentos y videos secretos del gobierno en internet, podría cambiar la manera en que el mundo percibía las guerras de Irak y Afganistán, y quizás todas las guerras.
"Creí que iba a ayudar a la gente, no a afectar a la gente", destacó Manning en una declaración en la corte en la que pidió disculpas la semana pasada.
El material filtrado incluía un video sobre un ataque de un helicóptero estadounidense en que murieron dos civiles: un reportero gráfico de la agencia Reuters y su conductor. Los 700.000 documentos filtrados ponían en riesgo la vida de las fuentes de inteligencia de Estados Unidos y obligaron a que varios embajadores fueran retirados, reasignados o expulsados, mostró la parte acusadora.
Amnistía Internacional y la Red de apoyo a Bradley Manning han anunciado una petición por Internet al presidente Barack Obama para que perdone a Manning.
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