El líder de una pandilla que ayudó a organizar una huelga de hambre masiva en las cárceles del estado de California fue nombrado como coconspirador no acusado en acusaciones federales con el objetivo de atacar a la banda Mexican Mafia y a un cartel de drogas mexicano.
Los documentos sin sellar de esta semana califican a Arturo Castellanos como miembro de la Mexican Mafia y el líder indiscutible de la pandilla criminal Florencia 13 en el sur del Condado de Los Angeles.
Castellanos está acusado de dirigir la banda desde el interior de su celda de alta seguridad en la Prisión Estatal Pelican Bay.
Castellanos y otros tres líderes de pandilla en la unidad de aislamiento organizaron la huelga de hambre que en un momento del mes pasado incluyó a más de 30.000 de los 133.000 reclusos del sistema penitenciario.
Más de 340 presos aún seguían sin comer el miércoles en protesta por las condiciones de detención, y 200 reclusos han estado en huelga de forma continua desde el 8 de julio. Los funcionarios de prisiones declinaron, de acuerdo con las políticas, decir si Castellanos aún sigue en huelga de hambre.
La acusación apoya el argumento de los funcionarios penitenciarios de que la huelga en realidad está motivada por el poder de los líderes de pandillas.
Castellanos está cumpliendo una sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Sin embargo, todavía controla la pandilla, alega la acusación. El emitió "reglas" para los miembros de pandillas desde su celda de la prisión en 2004, y decidió cuales pandilleros se convertirían en líderes de pandilla en las calles, añade la acusación.
Los pandilleros designados por Castellanos después coordinaban la distribución de drogas ilegales, recaudaban el dinero de las extorsiones, supervisaban las actividades de los pandilleros y resolvían las disputas con bandas rivales, añade.
Las acusaciones se producen en momentos en que las autoridades arrestaron a una veintena de personas nombradas en dos acusaciones federales.
Una imputación alega que Mexican Mafia utilizó a la pandilla Florencia 13 para ganar dinero con el tráfico de drogas y armas, el juego ilegal, la extorsión y el fraude. Los fiscales calificaron a la pandilla como "una de las más grandes, más poderosas y más antiguas pandillas callejeras en el sur de California", de la cual varios miembros ascendieron para convertirse en líderes de la Mexican Mafia.
La otra acusación afirma que la Mexican Mafia se alió con La Familia Michoacana. Los investigadores dicen que el cártel con sede en Michoacán podía vender metanfetamina y marihuana en el sur de California, mientras que la Mexican Mafia protegía a sus miembros encarcelados a cambio de drogas y dinero. Las pandillas también protegían los cargamentos de droga de La Familia y recaudaban las deudas de drogas, según la acusación.
Jeffrey Beard, secretario del Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California, afirmó en una entrevista con The Associated Press esta semana que la huelga de hambre se muestra como una protesta por los derechos humanos, pero es en realidad es un intento de jefes de bandas, como Castellanos, por conseguir un mayor control.
Isaac Ontiveros, portavoz de la coalición Solidaridad con la huelga de hambre de los reclusos, dijo que Beard estaba tratando de desviar la atención sobre condiciones carcelarias tan deficientes que los jueces federales han exigido cambios constantemente. Castellanos y otros presos han presentado una demanda federal para protestar por estar confinados en las unidades de aislamiento.
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