Siria se mofó el domingo de la decisión del presidente estadounidense Barack Obama de demorar un ataque militar punitivo, pero también tomó precauciones al trasladar soldados y armas a zonas civiles.
El gobierno de Obama respondió que sus razones para atacar militarmente al régimen del presidente Bashar Assad son cada vez más fuertes, ya que ahora tiene pruebas de que el gas neurotóxico supuestamente usado en ataques a zonas controladas por los rebeldes es el sarín.
La Casa Blanca pronosticó el domingo que recibirá la autorización del Congreso para efectuar ataques militares limitados. Después de días de acercase a una decisión sobre el uso de la fuerza, Obama anunció repentinamente el sábado que primero solicitaría la aprobación del Congreso, el cual regresa de sus vacaciones de verano el 9 de septiembre.
Por su parte, Assad intentó proyectar confianza en su enfrentamiento con Estados Unidos, al expresar en comentarios reproducidos por los medios estatales sirios que el país es "capaz de enfrentar cualquier agresión externa".
En diversas partes del mundo, otros exhortaron a Washington a atacar o a mantenerse alejado de un brutal
conflicto que en dos años y medio ha dejado más de 100.000 muertos y obligado a millones de personas a desplazarse.
En una reunión de emergencia en El Cairo, la Liga Arabe pidió el domingo a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional que tomen medidas de "disuasión" a tenor con la ley internacional para detener los crímenes del régimen de Assad, pero aclaró que no pudo lograr consenso para respaldar un ataque militar de Estados Unidos.
En la declaración final de su reunión, los cancilleres árabes afirmaron que el régimen de Assad es responsable del "abominable" ataque con armas químicas, e indicaron que los que lo llevaron a cabo deberían ser juzgados ante un tribunal internacional "como otros criminales de guerra".
En el Vaticano, el papa Francisco dijo que realizaría una vigilia mundial de ayuno y oración por Siria el 7 de septiembre y exhortó a todas las partes a abandonar las armas.
"Tengo el corazón profundamente herido por lo que sucede en Siria y angustiado por los dramáticos desarrollos" que se observan en el horizonte, dijo Francisco a la multitud en la Plaza de San Pedro. Dedicó todo su discurso semanal al tema de la crisis en ese país, pasando por alto los temas religiosos.
Por su parte, el viceministro sirio de Relaciones Exteriores, Faysal Mikdad, alegó el domingo que Obama se retractó de su amenaza de ataque porque no tiene pruebas de la participación siria en los ataques del 21 de agosto.
"La vacilación y el desengaño son muy obvios en las palabras de ayer del presidente Obama", dijo Mikdad a los reporteros en Damasco. "También queda claro que está confundido".
Un artículo de primera plana en el diario estatal Al-Thawra, que releja las opiniones del gobierno, expresó que la retractación de Obama sobre la acción militar fue "el comienzo del histórico repliegue de Estados Unidos".
Pero a pesar del regocijo oficial, había señales de que el régimen estaba tomando precauciones.
La Coalición Nacional Siria, el principal grupo de oposición respaldado por Occidente, dijo que el ejército trasladó
efectivos y lanzacohetes, piezas de artillería y otras armas pesadas a vecindarios residenciales en ciudades de todo el país. El grupo agregó que Assad ordenó que los detenidos sean trasladados a blancos militares para ser usados como escudos humanos contra cualquier ataque estadounidense.
Tres vecinos de Damasco, que hablaron a condición de no ser identificados por temor a represalias, confirmaron tales movimientos.
Un hombre dijo que dos miembros de la Guardia Republicana, cuerpo de élite, entraron a la fuerza en una casa
vacía de su propiedad, y le mostraron documentos oficiales que indicaban que estaban autorizados a hacerlo porque Siria está en guerra. El hombre dijo que sobornó a los soldados y que éstos se marcharon.
Una mujer en otra zona indicó que varios soldados se apostaron en una escuela junto a su casa y que tenía mucho miedo.
Otro hombre, de 29 años, dijo que reforzó su ventana con cinta adhesiva en anticipación de un ataque inminente.
"Conozco personas que han preparado píldoras para dormir para dárselas a sus hijos la noche del ataque con el fin de que puedan conciliar el sueño", dijo el hombre, que sólo se identificó como Nasib por temor a sufrir represalias.
En la reunión de emergencia de la Liga Arabe, integrada por 22 naciones, el canciller saudí Saud al-Faisal presionó a los demás países a respaldar medidas internacionales contra el régimen sirio para "desalentar esta agresión por todos los medios posibles".
Si el mundo no hace nada, el régimen sirio se sentirá alentado a "seguir con sus crímenes", dijo.
Pero miembros clave como Egipto e Irak se han opuesto a aprobar una ofensiva militar contra Siria, lo que llevó a que la declaración final fuera menos enérgica.
En Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que su país está listo para "cualquier escenario posible", una referencia a temores de represalia siria contra Israel en caso de un ataque militar contra el régimen de Assad.
Netanyahu no habló de las decisiones de Obama, pero comentaristas de los medios y políticos de línea dura dijeron que el presidente estadounidense parecía indeciso.
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