Elizabeth Silva llevaba a su hermana menor a la escuela cuando dos individuos enmascarados ingresaron a su casa y le pegaron tres tiros a su padre. Cuando su hermano de 14 años salió corriendo de su habitación para ver qué sucedida, también lo mataron a tiros.
Los asesinatos en esta soleada región agrícola del oeste de México hicieron que la muchacha se subiese a un autobús que se dirigía a la frontera con Estados Unidos para pedir asilo, un recurso dada vez más popular en una zona aislada donde se registran algunos de los peores episodios de violencia relacionados con el narcotráfico.
Con el sonido de disparos de trasfondo, su familia sepultó a los muertos y huyó también para pedir asilo.
En los últimos años ha habido un marcado aumento en las solicitudes de asilo de parte de mexicanos. Si bien el gobierno estadounidense no dice de dónde proceden las personas, la Associated Press comprobó que muchos vienen de la "Tierra Caliente", como se denomina a una zona que se encuentra unos 400 kilómetros (250 millas) al oeste de la Ciudad de México. Se ha corrido la voz de que las autoridades estadounidenses dejan en libertad a las mujeres y los niños mientras esperan hablar con jueces de inmigración, lo que alienta a que otros hagan lo mismo.
La AP contabilizó a 44 mujeres y niños de la Tierra Caliente que fueron liberados en San Diego en solo un mes, desde el 26 de agosto al 27 de septiembre, incluidas Silva, de 25 años, su hija de dos años, su madre, su abuela y una hermana.
Muchos solicitantes procedentes de la ciudad de Buenavista llevan cartas formales del funcionario municipal Ramón Contreras que dicen que son víctimas de persecución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario