Mark Benjamin,
presidente de la empresa Morley Construction y su hijo Luke Benjamin,
así como otras dos personas sin identificar, viajaban en el jet
privado que se estrelló en el aeropuerto de Santa Mónica del
Domingo por la noche.
Durante la mayor
parte del lunes se llevó a cabo el operativo para rescatar el avión,
que quedó enterrado entre los escombros del edificio.
Se desconocen
aún los motivos del siniestro, ya que el piloto no habría informado
de ningún problema mecánico antes de aterrizar.
"No
hubo ninguna comunicación con el piloto indicando que hay un
problema con el avión en ningún momento durante el vuelo",
declaró Van
McKenny, investigador principal
de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte.
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