El presidente Barack Obama se reunirá este miércoles con líderes demócratas de la Cámara de Representantes para tratar de hallar una salida a la crisis del presupuesto, y habrá en los próximos días reuniones con los republicanos también, informaron funcionarios de la Casa Blanca.
Obama y el presidente de la Cámara de Representantes John Boehner están incrementando presiones para que el otro ceje en el estancamiento sobre el límite de la deuda y el cierre parcial del gobierno, pero aun así, hay indicios de que pudieran considerar una breve tregua.
Con el cierre gubernamental en su noveno día este miércoles y el potencial impago de las obligaciones federales cada vez más cerca, ninguna de las partes mostraba señales de capitulación. Los republicanos demandan conversaciones sobre reducción del déficit y la ley de salud de Obama como precio para elevar la autoridad del gobierno para tomar dinero prestado y regresar a sus labores a los empleados públicos, mientras que el Presidente quiere que el Congreso primero ponga fin al cierre del gobierno y extienda el límite de la deuda.
En medio de la agitada retórica, no obstante, hubo indicios de que ambas martes pudieran estar abiertas a una extensión breve del límite de la deuda — $16.7 billones— y un fin temporal del cierre, lo que les daría más tiempo para resolver sus diferencias.
El republicano Boehner dijo a la prensa el martes que no estaba "trazando líneas en la arena", aunque evadió una pregunta sobre si elevaría el límite de la deuda y financiaría el gobierno por corto tiempo, diciendo: "No voy a meterme en muchas conjeturas". Horas más tarde, Obama dijo en una conferencia de prensa en la Casa Blanca que él "absolutamente" negociaría con los republicanos cada aspecto del presupuesto si el Congreso le enviaba primero legislación a corto plazo para poner fin al cierre del gobierno y elevar el límite de la deuda. "Hay una apertura ahí", dijo Boehner anoche, aunque advirtió contra optimismo excesivo.
El gobierno de Obama ha dicho que a menos que el Congreso actúe, espera tener aproximadamente $30,000 millones en efectivo para el 17 de octubre. Esa es una suma mínima para un gobierno que se puede gastar decenas de miles de millones más en días atareados y $3.6 billones al año. Llegar a esa fecha sin un acuerdo podría causar un no pago federal sin precedente que dañaría la economía y tendría repercusiones globales.
Obama y el presidente de la Cámara de Representantes John Boehner están incrementando presiones para que el otro ceje en el estancamiento sobre el límite de la deuda y el cierre parcial del gobierno, pero aun así, hay indicios de que pudieran considerar una breve tregua.
Con el cierre gubernamental en su noveno día este miércoles y el potencial impago de las obligaciones federales cada vez más cerca, ninguna de las partes mostraba señales de capitulación. Los republicanos demandan conversaciones sobre reducción del déficit y la ley de salud de Obama como precio para elevar la autoridad del gobierno para tomar dinero prestado y regresar a sus labores a los empleados públicos, mientras que el Presidente quiere que el Congreso primero ponga fin al cierre del gobierno y extienda el límite de la deuda.
En medio de la agitada retórica, no obstante, hubo indicios de que ambas martes pudieran estar abiertas a una extensión breve del límite de la deuda — $16.7 billones— y un fin temporal del cierre, lo que les daría más tiempo para resolver sus diferencias.
El republicano Boehner dijo a la prensa el martes que no estaba "trazando líneas en la arena", aunque evadió una pregunta sobre si elevaría el límite de la deuda y financiaría el gobierno por corto tiempo, diciendo: "No voy a meterme en muchas conjeturas". Horas más tarde, Obama dijo en una conferencia de prensa en la Casa Blanca que él "absolutamente" negociaría con los republicanos cada aspecto del presupuesto si el Congreso le enviaba primero legislación a corto plazo para poner fin al cierre del gobierno y elevar el límite de la deuda. "Hay una apertura ahí", dijo Boehner anoche, aunque advirtió contra optimismo excesivo.
El gobierno de Obama ha dicho que a menos que el Congreso actúe, espera tener aproximadamente $30,000 millones en efectivo para el 17 de octubre. Esa es una suma mínima para un gobierno que se puede gastar decenas de miles de millones más en días atareados y $3.6 billones al año. Llegar a esa fecha sin un acuerdo podría causar un no pago federal sin precedente que dañaría la economía y tendría repercusiones globales.
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