Más de un millar de personas asistieron al funeral de un chico de 13 años que fue muerto a tiros por un agente del alguacil en el norte de California.
Muchos de los asistentes el domingo vistieron de blanco por pedido de la madre de Andy López, muerto la semana pasada, informó el periódico Santa Rosa Press Democrat. En la funeraria en Windsor cabían apenas 150 personas, por lo que se generó una larga cola de personas que esperó para pasar junto al féretro.
Las autoridades dicen que López portaba un arma de juguete que parecía un fusil de asalto AK-47 cuando un agente del alguacil del condado de Sonoma le disparó. El hecho provocó varias manifestaciones de protesta en la ciudad de Santa Rosa, donde muchos cuestionan la decisión del agente de abrir fuego sobre el chico.
Santa Rosa se encuentra 80 kilómetros (50 millas) al norte de San Francisco, en la región vinícola de California.
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