Más de 47 millones de personas que reciben cupones de alimentos, 15.4% de ellos son latinos, verán sus beneficios comenzar a reducirse a partir del viernes, mientras el Congreso comienza las negociaciones sobre nuevas reducciones.
A partir de noviembre quedará sin efecto un beneficio temporal del plan de estímulo económico de 2009 que aumentó los fondos para los cupones de alimentos. El Departamento de Agricultura informa que una familia de cuatro personas que reciba los cupones tendrá 36 menos mensuales para gastar.
El costo de los cupones de alimentos se disparó debido a la desaceleración económica de los últimos años porque el plan de estímulo ofrecía mayores beneficios y muchas más personas se inscribieron en el programa por primera vez. Como resultado, el costo del programa aumentó en más de 100% desde 2008 y ahora asciende a $80,000 millones al año. Ese aumento significativo ha convertido el programa, conocido por sus siglas SNAP, en un objetivo de los representantes republicanos que tratan de reducir los gastos.
Las negociaciones sobre una amplia ley de gastos agrícolas, en que están incluidos los fondos del programa, comenzaron el miércoles. Los proyectos de ley de gastos agrícolas aprobados en la Cámara y el Senado contemplan reducciones a los cupones de alimentos, que serían adicionales a las que entran en vigor el viernes. Pero las cifras contempladas por ambos foros son muy diferentes.
La versión aprobada por la Cámara, controlada por los republicanos, reduce el programa en $4,000 millones adicionales todos los años y cambia las exigencias de elegibilidad y empleo. La versión del Senado reduce los fondos en 400 millones. Tanto los demócratas como el presidente Barack Obama se oponen a reducciones mayores.
Los legisladores de estados agrícolas han presionado por la nueva ley desde hace más de dos años y las negociaciones de conciliación fueron las primeras pláticas de las conversaciones finales. Si la ley no se aprueba para finales de este año y la que está en vigor no se prorroga, vencería cierto apoyo a los productos lácteos, lo que significaría un aumento en el precio de la leche. Los granjeros comenzarían a sentir más efectos la próxima primavera.
"Nos tomó diez años llegar, pero ya estamos aquí", dijo Frank Lucas, republicano por Oklahoma y presidente de la Comisión de Agricultura. "No debemos demorarnos años en implementar la ley". El mayor obstáculo es la diferencia de ambas partes sobre los cupones de alimentos. Lucas dijo en la reunión de conciliación que esperaba encontrar un común denominador sobre el tema, pero líderes republicanos de la Cámara como Eric Cantor, republicano por Virginia, han insistido en más reducciones, diciendo que el programa sólo debe atender a las personas con las mayores necesidades.
A partir de noviembre quedará sin efecto un beneficio temporal del plan de estímulo económico de 2009 que aumentó los fondos para los cupones de alimentos. El Departamento de Agricultura informa que una familia de cuatro personas que reciba los cupones tendrá 36 menos mensuales para gastar.
El costo de los cupones de alimentos se disparó debido a la desaceleración económica de los últimos años porque el plan de estímulo ofrecía mayores beneficios y muchas más personas se inscribieron en el programa por primera vez. Como resultado, el costo del programa aumentó en más de 100% desde 2008 y ahora asciende a $80,000 millones al año. Ese aumento significativo ha convertido el programa, conocido por sus siglas SNAP, en un objetivo de los representantes republicanos que tratan de reducir los gastos.
Las negociaciones sobre una amplia ley de gastos agrícolas, en que están incluidos los fondos del programa, comenzaron el miércoles. Los proyectos de ley de gastos agrícolas aprobados en la Cámara y el Senado contemplan reducciones a los cupones de alimentos, que serían adicionales a las que entran en vigor el viernes. Pero las cifras contempladas por ambos foros son muy diferentes.
La versión aprobada por la Cámara, controlada por los republicanos, reduce el programa en $4,000 millones adicionales todos los años y cambia las exigencias de elegibilidad y empleo. La versión del Senado reduce los fondos en 400 millones. Tanto los demócratas como el presidente Barack Obama se oponen a reducciones mayores.
Los legisladores de estados agrícolas han presionado por la nueva ley desde hace más de dos años y las negociaciones de conciliación fueron las primeras pláticas de las conversaciones finales. Si la ley no se aprueba para finales de este año y la que está en vigor no se prorroga, vencería cierto apoyo a los productos lácteos, lo que significaría un aumento en el precio de la leche. Los granjeros comenzarían a sentir más efectos la próxima primavera.
"Nos tomó diez años llegar, pero ya estamos aquí", dijo Frank Lucas, republicano por Oklahoma y presidente de la Comisión de Agricultura. "No debemos demorarnos años en implementar la ley". El mayor obstáculo es la diferencia de ambas partes sobre los cupones de alimentos. Lucas dijo en la reunión de conciliación que esperaba encontrar un común denominador sobre el tema, pero líderes republicanos de la Cámara como Eric Cantor, republicano por Virginia, han insistido en más reducciones, diciendo que el programa sólo debe atender a las personas con las mayores necesidades.
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