Líderes empresariales expresaron el jueves su optimismo sobre la posibilidad de que el Congreso apruebe una reforma migratoria en 2014 después de que la mayoría republicana en la cámara baja dijera la víspera que no abordará el tema este año, pero activistas expresaron su frustración de diferentes maneras, incluyendo una procesión de niños en los pasillos de la sede legislativa.
Decenas de niños provenientes de varios estados del país entregaron numerosas tarjetas hechas a mano de feliz cumpleaños en la oficina del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano por Ohio John Boehner, y pidiéndole que aborde cuanto antes la reforma migratoria.
La oficina del republicano, que cumplirá 64 años el 17 de noviembre, permaneció cerrada pese a que la multitud llamó a la puerta numerosas veces.
Los menores, acompañados por padres y activistas, entonaron a las puertas del Congreso la canción de cumpleaños feliz, dijeron en voz alta el juramento a la bandera que los escolares estadounidenses suelen recitar cada mañana, y portaron pancartas que rezaban en español y en inglés "Nuestras familias no pueden esperar".
La estudiante de quinto grado Jennifer Leiva, de 10 años, dijo a AP que acudió al Congreso junto a su madre hondureña y sus dos hermanitas de 5 y 3 años para que "las familias no sigan separándose y se queden juntas".
Oscar Morales, estudiante de séptimo grado de 12 años de edad, acudió a la concentración junto a su madre salvadoreña y sus cuatro hermanos menores "para que haya reforma y pueda ver a mis dos hermanos grandes que aún viven en El Salvador".
Varios de estos grupos interceptaron la víspera a Boehner mientras desayunaba en un restaurante, y lo increparon para que convoque un voto de la reforma migratoria.
"Bueno, estoy tratando de terminarme esto", dijo Boehner refiriéndose a su desayuno. "No es fácil, no será un camino fácil. Pero he dejado claro desde el día siguiente a la elección (presidencial) que es momento de terminar" una reforma migratoria.
La delegación infantil coincidió a las puertas del despacho de Boehner con una veintena de adultos provenientes de Filadelfia que entonaron cantos religiosos para pedir una reforma migratoria inmediata, explicó el argentino de 42 años Claudio Grieco, integrante del grupo.
El presidente de la Cámara Estadounidense de Comercio, Peter Donohue, expresó en conferencia de prensa que está "más optimista que nunca antes. La reforma ocurrirá porque el precio de no hacerlo es muy alto en cuanto a la creación de empleo. Ignorarlo no genera nada bueno", dijo el líder empresarial.
Al preguntarle su reacción sobre el anuncio de Boehner, de que no se abordará la reforma migratoria en 2013 y que no tomará en cuenta la versión aprobada en junio por el Senado para conciliar una versión bicameral, Donohue dijo que no hay que preocuparse.
"Hemos logrado progreso grande. Dejémoslo organizar sus ideas. Ellos (los representantes republicanos) representan a vecindarios específicos y necesitan tomar en cuenta todos los puntos de vista. Pero cuando eso termine, conseguiremos" una reforma migratoria.
El presidente de la Asociación Nacional de Empresas Manufactureras, Jay Timmons, dijo que la impresión fuera de la capital estadounidense es que el proceso de cómo lograr la reforma migratoria no es tan importante sino su aprobación.
La ausencia de críticas expresadas por los empresarios hacia Boehner contrasta con la postura del presidente de la central sindical AFL-CIO, Ricard Trumka, quien calificó de "inaceptable" que "después de un año desde que prometió públicamente aprobar una reforma migratoria amplia, ni él ni su partido han podido demostrar que han hecho algo".
Otro grupo de activistas buscaba presionar al Congreso manteniendo un ayuno por tercer día consecutivo en una carpa instalada en el National Mall.
El Congreso mantiene en el limbo a la reforma migratoria ya que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes se ha negado a debatir el proyecto aprobado en junio por el Senado, de mayoría demócrata, y que incluye la opción de la naturalización.
La comisión judicial de la cámara baja ha aprobado cinco proyectos de ley de corte restrictivo a la inmigración sin autorización.
El gobierno del presidente Barack Obama ha deportado desde 2009 un promedio anual sin precedentes cercano a las 400.000 personas y activistas aseguran que impactan de manera especial a la comunidad hispana.
Algunas organizaciones como Presente.org, a través de su director Arturo Carmona, sostienen que tras el anuncio de Boehner "todos debemos concentrar nuestra energía ahora para garantizar que el presidente Obama detenga las políticas fallidas que categorizan racialmente, encarcelan y deportan a millones".
Un grupo de activistas se encadenó en septiembre a la verja de la Casa Blanca para exigir un cese inmediato a las deportaciones pero el gobierno federal ha respondido que la única manera de hacerlo es a través de una reforma legislativa, pese a que en 2012 suspendió las deportaciones de algunos inmigrantes menores de 30 años que ingresaron a Estados Unidos sin autorización.
Decenas de niños provenientes de varios estados del país entregaron numerosas tarjetas hechas a mano de feliz cumpleaños en la oficina del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano por Ohio John Boehner, y pidiéndole que aborde cuanto antes la reforma migratoria.
La oficina del republicano, que cumplirá 64 años el 17 de noviembre, permaneció cerrada pese a que la multitud llamó a la puerta numerosas veces.
Los menores, acompañados por padres y activistas, entonaron a las puertas del Congreso la canción de cumpleaños feliz, dijeron en voz alta el juramento a la bandera que los escolares estadounidenses suelen recitar cada mañana, y portaron pancartas que rezaban en español y en inglés "Nuestras familias no pueden esperar".
La estudiante de quinto grado Jennifer Leiva, de 10 años, dijo a AP que acudió al Congreso junto a su madre hondureña y sus dos hermanitas de 5 y 3 años para que "las familias no sigan separándose y se queden juntas".
Oscar Morales, estudiante de séptimo grado de 12 años de edad, acudió a la concentración junto a su madre salvadoreña y sus cuatro hermanos menores "para que haya reforma y pueda ver a mis dos hermanos grandes que aún viven en El Salvador".
Varios de estos grupos interceptaron la víspera a Boehner mientras desayunaba en un restaurante, y lo increparon para que convoque un voto de la reforma migratoria.
"Bueno, estoy tratando de terminarme esto", dijo Boehner refiriéndose a su desayuno. "No es fácil, no será un camino fácil. Pero he dejado claro desde el día siguiente a la elección (presidencial) que es momento de terminar" una reforma migratoria.
La delegación infantil coincidió a las puertas del despacho de Boehner con una veintena de adultos provenientes de Filadelfia que entonaron cantos religiosos para pedir una reforma migratoria inmediata, explicó el argentino de 42 años Claudio Grieco, integrante del grupo.
El presidente de la Cámara Estadounidense de Comercio, Peter Donohue, expresó en conferencia de prensa que está "más optimista que nunca antes. La reforma ocurrirá porque el precio de no hacerlo es muy alto en cuanto a la creación de empleo. Ignorarlo no genera nada bueno", dijo el líder empresarial.
Al preguntarle su reacción sobre el anuncio de Boehner, de que no se abordará la reforma migratoria en 2013 y que no tomará en cuenta la versión aprobada en junio por el Senado para conciliar una versión bicameral, Donohue dijo que no hay que preocuparse.
"Hemos logrado progreso grande. Dejémoslo organizar sus ideas. Ellos (los representantes republicanos) representan a vecindarios específicos y necesitan tomar en cuenta todos los puntos de vista. Pero cuando eso termine, conseguiremos" una reforma migratoria.
El presidente de la Asociación Nacional de Empresas Manufactureras, Jay Timmons, dijo que la impresión fuera de la capital estadounidense es que el proceso de cómo lograr la reforma migratoria no es tan importante sino su aprobación.
La ausencia de críticas expresadas por los empresarios hacia Boehner contrasta con la postura del presidente de la central sindical AFL-CIO, Ricard Trumka, quien calificó de "inaceptable" que "después de un año desde que prometió públicamente aprobar una reforma migratoria amplia, ni él ni su partido han podido demostrar que han hecho algo".
Otro grupo de activistas buscaba presionar al Congreso manteniendo un ayuno por tercer día consecutivo en una carpa instalada en el National Mall.
El Congreso mantiene en el limbo a la reforma migratoria ya que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes se ha negado a debatir el proyecto aprobado en junio por el Senado, de mayoría demócrata, y que incluye la opción de la naturalización.
La comisión judicial de la cámara baja ha aprobado cinco proyectos de ley de corte restrictivo a la inmigración sin autorización.
El gobierno del presidente Barack Obama ha deportado desde 2009 un promedio anual sin precedentes cercano a las 400.000 personas y activistas aseguran que impactan de manera especial a la comunidad hispana.
Algunas organizaciones como Presente.org, a través de su director Arturo Carmona, sostienen que tras el anuncio de Boehner "todos debemos concentrar nuestra energía ahora para garantizar que el presidente Obama detenga las políticas fallidas que categorizan racialmente, encarcelan y deportan a millones".
Un grupo de activistas se encadenó en septiembre a la verja de la Casa Blanca para exigir un cese inmediato a las deportaciones pero el gobierno federal ha respondido que la única manera de hacerlo es a través de una reforma legislativa, pese a que en 2012 suspendió las deportaciones de algunos inmigrantes menores de 30 años que ingresaron a Estados Unidos sin autorización.
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