El ayuntamiento de Toronto aprobó el viernes por abrumadora mayoría despojar al alcalde Rob Ford de algunas de sus facultades en un intento para acotarlo ante su negativa a renunciar por conducta irregular y su hábito de consumir drogas y beber en exceso.
Mediante la moción, que tuvo 39 votos a favor y tres en contra, el ayuntamiento quitó a Ford la facultad de designar y despedir al vicealcalde y al comité ejecutivo del alcalde, que se encarga de los asuntos presupuestarios.
En otra votación, el ayuntamiento aprobó conferir al vicealcalde la autoridad para que se ocupe de cualquier emergencia cívica.
La mayoría de los concejales de la ciudad se sienten frustrados ante la negativa de Ford a dimitir después de que reconociera la semana pasada que ha fumado crack, pero carecen de la autoridad para destituirlo a menos de que se le declare culpable de algún delito.
Ford, en una rara actitud moderada, anunció que impugnará la moción en tribunales al tiempo que afirmó que comprendía la adopción de la medida por parte del ayuntamiento.
Declaraciones como la anterior, que combinan desafío y contrición, han sido habituales del alcalde durante el escándalo que ha subido de tono al paso de los meses.
"Si yo hubiera tenido un alcalde con un comportamiento como el mío, habría hecho exactamente lo mismo", expresó Ford.
El alcalde y su hermano votaron en contra de la moción.
"Las personas aquí carecen de autoridad moral", dijo Doug Ford. "No les corresponde, a ustedes, tomar esta decisión, sino al pueblo", agregó.
La votación tuvo lugar un día después de que los concejales, defensores de que no se maneje en ebriedad e incluso el equipo de fútbol de Toronto expresaran su enfado ante otra serie de conductas irregulares de Ford.
En el lapso de unas cuantas horas el jueves, Ford utilizó palabras obscenas para negar que hubiera exigido sexo oral a una empleada, reconoció que manejaba mientras bebía, después se disculpó por sus vulgaridades y afirmó que buscaba asistencia profesional, aunque se rehusó a facilitar detalles.
Aunque Ford ha reconocido que ha bebido en exceso y consumido y comprado drogas ilegales, él y su familia insisten en que no es un adicto y no necesita rehabilitación.
"Necesitamos quitarle sus facultades para el bien de la ciudad", dijo el concejal Denzil Minnan-Wong, un ex aliado del alcalde.
Mediante la moción, que tuvo 39 votos a favor y tres en contra, el ayuntamiento quitó a Ford la facultad de designar y despedir al vicealcalde y al comité ejecutivo del alcalde, que se encarga de los asuntos presupuestarios.
En otra votación, el ayuntamiento aprobó conferir al vicealcalde la autoridad para que se ocupe de cualquier emergencia cívica.
La mayoría de los concejales de la ciudad se sienten frustrados ante la negativa de Ford a dimitir después de que reconociera la semana pasada que ha fumado crack, pero carecen de la autoridad para destituirlo a menos de que se le declare culpable de algún delito.
Ford, en una rara actitud moderada, anunció que impugnará la moción en tribunales al tiempo que afirmó que comprendía la adopción de la medida por parte del ayuntamiento.
Declaraciones como la anterior, que combinan desafío y contrición, han sido habituales del alcalde durante el escándalo que ha subido de tono al paso de los meses.
"Si yo hubiera tenido un alcalde con un comportamiento como el mío, habría hecho exactamente lo mismo", expresó Ford.
El alcalde y su hermano votaron en contra de la moción.
"Las personas aquí carecen de autoridad moral", dijo Doug Ford. "No les corresponde, a ustedes, tomar esta decisión, sino al pueblo", agregó.
La votación tuvo lugar un día después de que los concejales, defensores de que no se maneje en ebriedad e incluso el equipo de fútbol de Toronto expresaran su enfado ante otra serie de conductas irregulares de Ford.
En el lapso de unas cuantas horas el jueves, Ford utilizó palabras obscenas para negar que hubiera exigido sexo oral a una empleada, reconoció que manejaba mientras bebía, después se disculpó por sus vulgaridades y afirmó que buscaba asistencia profesional, aunque se rehusó a facilitar detalles.
Aunque Ford ha reconocido que ha bebido en exceso y consumido y comprado drogas ilegales, él y su familia insisten en que no es un adicto y no necesita rehabilitación.
"Necesitamos quitarle sus facultades para el bien de la ciudad", dijo el concejal Denzil Minnan-Wong, un ex aliado del alcalde.
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