Dos astronautas repararon el martes un sistema de refrigeración averiado en una rara caminata efectuada la víspera de Navidad, desafiando una "miniventisca" de amoniaco nocivo que surgió cuando colocaron una nueva bomba.
Fue la segunda caminata en cuatro días para los astronautas estadounidenses Rick Mastracchio y Michael Hopkins, y la segunda caminata en la víspera de Navidad de la historia.
La NASA ordenó las caminatas a fin de reparar el vital sistema de refrigeración de la Estación Espacial Internacional. Todos los equipos secundarios tuvieron que ser apagados cuando el sistema se averió el 11 de diciembre, y fue necesario suspender muchos experimentos científicos.
Tras el éxito del martes, el sistema de refrigeración deberá restablecerse y todo el equipo podría estar en funcionamiento para el fin de semana, de acuerdo con la NASA.
"Es la mejor Navidad", dijo el Control de Misión cuando terminó la caminata tras siete horas y media en el espacio.
"Feliz Navidad a todos", respondió Hopkins. "Nos tardamos unas semanas en arreglarla, pero lo logramos".
Mastracchio y Hopkins retiraron la bomba de amoniaco averiada durante una caminata el sábado. El martes pusieron una bomba nueva.
La última caminata se demoró un poco debido a que una manguera lanzó copos congelados de amoniaco, una substancia extremadamente tóxica, directamente a los astronautas, una "miniventisca" como lo llamó el Control de la Misión. Los astronautas dijeron estar rodeados por la substancia que rebotaba del equipo y de sus trajes.
El amoniaco debía disiparse de sus trajes antes de que pudieran regresar dentro de la estación espacial para evitar más contaminación.
Hopkins suspiró después que el cuarto y último tubo de fluido quedara sujeto a la bomba. Tras esto, las conexiones eléctricas se hicieron más fácilmente y a seis horas de comenzada a la caminata, Hopkins dijo "Houston, tienen una nueva bomba".
Mientras se realizaban todas estas reparaciones a 420 kilómetros (260 millas) por encima de la superficie de la Tierra, hubo muchos comentarios referentes a la Navidad.
"Es como si fuera la mañana del día de Navidad y estuviéramos abriendo los regalos", dijo Mastracchio mientras revisaba sus herramientas. Después, cuando sacaba la bomba nueva de su empaque agregó: "Ahora sí que se siente como si estuviera abriendo un regalo".
El Control de la Misión en Houston estaba de ánimo festivo, a pesar de la gravedad de la situación, y los ingenieros y técnicos vestían gorros de Santa Claus (también denominado Papá Noel, San Nicolás o Viejo Pascuero) y exhibían adornos navideños en sus escritorios.
La única otra ocasión en que la NASA había realizado una caminata la víspera de Navidad fue en 1999 para reparar el telescopio Hubble.
Pero la Nochebuena más memorable en la historia de la NASA ha sido la de 1968, cuando los astronautas del Apollo 8 leyeron versículos del Génesis de la Biblia al realizar el primer vuelo tripulado que orbitó la Luna.
El viernes está programada una caminata espacial más que efectuarán integrantes de la tripulación rusa para instalar nuevas cámaras y experimentos fuera de la Estación Espacial Internacional.
Fue la segunda caminata en cuatro días para los astronautas estadounidenses Rick Mastracchio y Michael Hopkins, y la segunda caminata en la víspera de Navidad de la historia.
La NASA ordenó las caminatas a fin de reparar el vital sistema de refrigeración de la Estación Espacial Internacional. Todos los equipos secundarios tuvieron que ser apagados cuando el sistema se averió el 11 de diciembre, y fue necesario suspender muchos experimentos científicos.
Tras el éxito del martes, el sistema de refrigeración deberá restablecerse y todo el equipo podría estar en funcionamiento para el fin de semana, de acuerdo con la NASA.
"Es la mejor Navidad", dijo el Control de Misión cuando terminó la caminata tras siete horas y media en el espacio.
"Feliz Navidad a todos", respondió Hopkins. "Nos tardamos unas semanas en arreglarla, pero lo logramos".
Mastracchio y Hopkins retiraron la bomba de amoniaco averiada durante una caminata el sábado. El martes pusieron una bomba nueva.
La última caminata se demoró un poco debido a que una manguera lanzó copos congelados de amoniaco, una substancia extremadamente tóxica, directamente a los astronautas, una "miniventisca" como lo llamó el Control de la Misión. Los astronautas dijeron estar rodeados por la substancia que rebotaba del equipo y de sus trajes.
El amoniaco debía disiparse de sus trajes antes de que pudieran regresar dentro de la estación espacial para evitar más contaminación.
Hopkins suspiró después que el cuarto y último tubo de fluido quedara sujeto a la bomba. Tras esto, las conexiones eléctricas se hicieron más fácilmente y a seis horas de comenzada a la caminata, Hopkins dijo "Houston, tienen una nueva bomba".
Mientras se realizaban todas estas reparaciones a 420 kilómetros (260 millas) por encima de la superficie de la Tierra, hubo muchos comentarios referentes a la Navidad.
"Es como si fuera la mañana del día de Navidad y estuviéramos abriendo los regalos", dijo Mastracchio mientras revisaba sus herramientas. Después, cuando sacaba la bomba nueva de su empaque agregó: "Ahora sí que se siente como si estuviera abriendo un regalo".
El Control de la Misión en Houston estaba de ánimo festivo, a pesar de la gravedad de la situación, y los ingenieros y técnicos vestían gorros de Santa Claus (también denominado Papá Noel, San Nicolás o Viejo Pascuero) y exhibían adornos navideños en sus escritorios.
La única otra ocasión en que la NASA había realizado una caminata la víspera de Navidad fue en 1999 para reparar el telescopio Hubble.
Pero la Nochebuena más memorable en la historia de la NASA ha sido la de 1968, cuando los astronautas del Apollo 8 leyeron versículos del Génesis de la Biblia al realizar el primer vuelo tripulado que orbitó la Luna.
El viernes está programada una caminata espacial más que efectuarán integrantes de la tripulación rusa para instalar nuevas cámaras y experimentos fuera de la Estación Espacial Internacional.
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