Detroit cumple los requisitos para deshacerse de una deuda multimillonaria en la mayor bancarrota pública en la historia de Estados Unidos, dijo un juez el martes en una decisión largamente aguardada que ahora traslada la atención a la forma en que la ciudad logrará realizar esa tarea.
El juez Steven Rhodes rechazó las objeciones de sindicatos, fondos de pensión y jubilados que, al igual que otros acreedores, podrían perder bajo cualquier plan de solucionar una deuda de 18.000 millones de dólares en pasivos a largo plazo.
Pero ese plan aún no llega al escritorio del juez. La cuestión para Rhodes, que presidió el juicio de nueve días, era si Detroit cumplía ciertas condiciones específicas bajo la ley federal para permanecer en la corte de bancarrotas y mejorar sus finanzas tras años de mala administración, pérdida crónica de habitantes y el desplome de su clase media.
La ciudad alega que necesita la protección de quiebras por el bien de los vecinos, que padecen males tales como presencia policial escasa o nula, calles sin iluminación y recolección esporádica de la basura, un temor mencionado por el juez durante el proceso.
"Esta ciudad otrora orgullosa y próspera no puede pagar sus deudas. Es insolvente. Cumple los requisitos para la quiebra", dijo Rhodes al anunciar su fallo. "Al mismo tiempo, tiene la oportunidad de comenzar de nuevo".
Antes de la petición en julio, casi 40 centavos de cada dólar recaudado por Detroit iba al pago de deuda, cifra que podría aumentar a 65% si no obtiene el alivio de la quiebra, alega la ciudad.
El administrador municipal de emergencias Kevyn Orr, quien había declarado en el juicio que la situación de la ciudad era "inaceptable", emitió un comunicado en el cual elogió el fallo del juez y prometió "seguir adelante con la revitalización en curso de Detroit".
Rhodes dijo que la ciudad tiene una historia de la cual puede estar orgullosa.
"La ciudad de Detroit era otrora una ciudad laboriosa, diversa, llena de vitalidad, hogar de la industria automotriz, orgullosa de su mote Ciudad Motor", dijo el juez. Pero a continuación enumeró los problemas: alto desempleo, acuerdos "catastróficos" de endeudamiento, miles de viviendas vacías, vehículos policiales en pésimo estado, oleadas de gente que se va.
Detroit carece de los recursos para brindar servicios cruciales, dijo el juez, y agregó: "La ciudad necesita ayuda".
El fallo de Rhodes es un hito crucial. Dijo que las pensiones, como cualquier contrato, se pueden recortar. La cláusula de la Constitución de Michigan que protege las pensiones públicas no es un blindaje a prueba de balas en caso de una bancarrota.
Los fondos de pensión de la ciudad tienen un déficit de 3.500 millones de dólares. Jubilados que reciben menos de 20.000 dólares al año asistieron al juicio para ponerle un angustiado rostro humano al problema.
A pesar de su decisión, Rhodes advirtió que no aprobará automáticamente los recortes de pensiones que podrían formar parte del plan para sacar a Detroit de la bancarrota.
El juez Steven Rhodes rechazó las objeciones de sindicatos, fondos de pensión y jubilados que, al igual que otros acreedores, podrían perder bajo cualquier plan de solucionar una deuda de 18.000 millones de dólares en pasivos a largo plazo.
Pero ese plan aún no llega al escritorio del juez. La cuestión para Rhodes, que presidió el juicio de nueve días, era si Detroit cumplía ciertas condiciones específicas bajo la ley federal para permanecer en la corte de bancarrotas y mejorar sus finanzas tras años de mala administración, pérdida crónica de habitantes y el desplome de su clase media.
La ciudad alega que necesita la protección de quiebras por el bien de los vecinos, que padecen males tales como presencia policial escasa o nula, calles sin iluminación y recolección esporádica de la basura, un temor mencionado por el juez durante el proceso.
"Esta ciudad otrora orgullosa y próspera no puede pagar sus deudas. Es insolvente. Cumple los requisitos para la quiebra", dijo Rhodes al anunciar su fallo. "Al mismo tiempo, tiene la oportunidad de comenzar de nuevo".
Antes de la petición en julio, casi 40 centavos de cada dólar recaudado por Detroit iba al pago de deuda, cifra que podría aumentar a 65% si no obtiene el alivio de la quiebra, alega la ciudad.
El administrador municipal de emergencias Kevyn Orr, quien había declarado en el juicio que la situación de la ciudad era "inaceptable", emitió un comunicado en el cual elogió el fallo del juez y prometió "seguir adelante con la revitalización en curso de Detroit".
Rhodes dijo que la ciudad tiene una historia de la cual puede estar orgullosa.
"La ciudad de Detroit era otrora una ciudad laboriosa, diversa, llena de vitalidad, hogar de la industria automotriz, orgullosa de su mote Ciudad Motor", dijo el juez. Pero a continuación enumeró los problemas: alto desempleo, acuerdos "catastróficos" de endeudamiento, miles de viviendas vacías, vehículos policiales en pésimo estado, oleadas de gente que se va.
Detroit carece de los recursos para brindar servicios cruciales, dijo el juez, y agregó: "La ciudad necesita ayuda".
El fallo de Rhodes es un hito crucial. Dijo que las pensiones, como cualquier contrato, se pueden recortar. La cláusula de la Constitución de Michigan que protege las pensiones públicas no es un blindaje a prueba de balas en caso de una bancarrota.
Los fondos de pensión de la ciudad tienen un déficit de 3.500 millones de dólares. Jubilados que reciben menos de 20.000 dólares al año asistieron al juicio para ponerle un angustiado rostro humano al problema.
A pesar de su decisión, Rhodes advirtió que no aprobará automáticamente los recortes de pensiones que podrían formar parte del plan para sacar a Detroit de la bancarrota.
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