Un juez federal permitió el lunes que continúe vigente el matrimonio gay en Utah, rechazando una solicitud para que se pongan en espera las uniones entre personas del mismo sexo mientras el gobierno del estado conservador apela una decisión que ha enviado en masa a parejas a las oficinas de secretarios de condado en busca de licencias de matrimonio.
El juez Robert J. Shelby revocó el viernes la prohibición de Utah a los matrimonios gay, decretando que la medida aprobada por los votantes viola los derechos constitucionales de las parejas homosexuales. El estado le solicitó entonces que detenga las bodas, pero éste rechazó el pedido.
El fallo del juez Shelby está lejos de ser el final de la batalla jurídica sobre el tema. El estado presentó rápidamente una solicitud ante la Corte Federal de Apelaciones del Décimo Circuito para poner en espera los matrimonios gay y esa corte podría emitir un fallo la tarde del lunes o el martes. La misma corte, en Denver, probablemente escuchará la apelación completa del caso dentro de varios meses.
Mientras tanto, continúa la prisa por parte de parejas homosexuales en todo Utah por obtener licencias de matrimonio.
Más de 300 parejas gay han obtenido licencias desde el viernes en el condado más poblado de Utah. El lunes, se emitieron aproximadamente 100 licencias en otros condados y algunos secretarios de condado cerraron sus puertas mientras esperaban la decisión de Shelby.
La gente comenzó a hacer filas la noche del domingo en la oficina del secretario del condado de Salt Lake con la esperanza de obtener licencias entre la incertidumbre del fallo pendiente. Las parejas se casaron entonces en el vestíbulo, con diferencia de pocos minutos entre sí, en medio de una ambientación de un dueto de violines.
Mientras todo esto ocurría miraban con ansiedad sus teléfonos celulares en busca de noticias sobre la decisión del juez Shelby y surgió una enorme ovación cuando se supo que no bloquearía las bodas. "¡Nos sentimos semejantes!", gritó un hombre. Su pareja dijo que el hecho era un "suceso mágico inesperado".
Adam Blatter dijo que tenía pánico al casarse la mañana del lunes antes de que un juez pudiese detener la emisión de licencias. Él y su pareja, Joseph Chávez, estaban llenos de gozo cuando quedó claro que su espera valió la pena y les impactó que estaba sucediendo en un estado conocido desde hace mucho tiempo como uno de los más conservadores de Estados Unidos.
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