Heinrich Boere, quien asesinó a civiles holandeses como miembro de una unidad de asalto de las SS nazis durante la Segunda Guerra Mundial pero evadió a la justicia durante seis décadas, murió en la cárcel donde purgaba cadena perpetua, informaron funcionarios judiciales alemanes el lunes. Tenía 92 años.
Boere murió el domingo de causas naturales en el hospital penitenciario de Froendenberg, donde recibía tratamiento por demencia, dijo el vocero del ministerio de Justicia de Renania del Norte-Westfalia, Detlef Feige.
Boere figuraba en la lista del Centro Simon Wiesenthal de los criminales de guerra nazis más buscados. Fue arrestado y condenado en Alemania en 2010 por tres asesinatos.
"La justicia tardía envía un mensaje muy enérgico sobre la importancia de los crímenes nazis y el Holocausto", dijo el cazador de nazis Efraim Zuroff en entrevista telefónica desde Jerusalén. "Es reconfortante saber que Boere murió en un hospital penitenciario, no en libertad".
Durante el juicio de seis meses en Aquisgrán, Boere confesó que mató a tres civiles como miembro de la unidad "Silbertanne", o abeto plateado, integrada en parte por voluntarios holandeses con la misión de matar a compatriotas considerados antinazistas.
Sentado en silla de ruedas durante el juicio, habló muy poco, pero dijo en una declaración escrita que obedecía órdenes.
"Como soldado raso, aprendí a cumplir órdenes", declaró. "Sabía que si no ejecutaba mis órdenes, violaba mi juramento y sería fusilado".
Pero el juez sostuvo que no había pruebas de que Boere intentara cuestionar sus órdenes. Comparó los asesinatos con las ejecuciones mafiosas, ya que Boere y sus cómplices, vestidos de civil, sorprendían a sus víctimas en el hogar o en el lugar de trabajo durante la noche o la madrugada.
"Estos fueron asesinatos difícilmente superables en cuanto a bajeza y cobardía, más allá de la respetabilidad de cualquier soldado", dijo el juez en su sentencia. "Las víctimas no tenían posibilidades".
Lejos de sentir algún remordimiento, Boere dijo que le enorgullecía haber sido voluntario de las SS y que eran otros tiempos.
Después de la guerra, Boere escapó del campo de prisioneros de guerra y regresó a Alemania. Holanda lo condenó a muerte en 1949 —sentencia conmutada a prisión perpetua_, pero Alemania se negó a extraditarlo.
Una corte en Aquisgrán falló en 2007 que Boere podía cumplir su condena holandesa en Alemania, pero un tribunal de apelaciones derogó el fallo, señalando que la condena de 1949 era inválida porque el nazi no estuvo presente para defenderse.
Después de esa apelación, un fiscal en Dortmund reabrió el caso a partir de cero y obtuvo la condena de Boere por los tres asesinatos.
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