Billy Standley, un aficionado a las motocicletas
Harley-Davidson, planeó su entierro de una manera que pocos esperaban: montado
en una de las máquinas que tanto adoró en vida.
Stadley, quien falleció el pasado domingo, planeó durante 18
años su funeral, construyendo un ataúd hecho de plástico, acero y madera, del
tamaño suficiente para poder caber dentro de este sentado en su moto.
Los mortuarios embalsamaron a Stadley de manera que
apareciera sentado en su más preciada posición. Por cuestiones de espacio, el hombre
compró tres lotes en el panteón, mismos en los que fue enterrado.
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