El presidente Barack Obama regresa a Washington este fin de semana ansioso de ver si el modesto acuerdo presupuestario aprobado en los últimos días del 2013 puede motivar la colaboración bipartidista en el Capitolio.
Al iniciar su sexto año en el puesto, el presidente enfrenta además decisiones vitales sobre el futuro de los programas gubernamentales de espionaje electrónico y la guerra en Afganistán.
Sobre todo ello se ciernen las elecciones legislativas de noviembre, la última oportunidad de Obama de colocar más demócratas en el Capitolio que le ayuden a avanzar su agenda.
Para los republicanos, esos comicios son una oportunidad para tomar control del Senado, algo que dejaría a Obama en una posición muy difícil en los dos últimos años de su presidencia.
Un elemento a seguir en el 2014, tanto para la Casa Blanca como para los congresistas demócratas que buscan ser reelegidos, será la suerte de la ley de gastos médicos promovida por el presidente. Los problemas técnicos que plagaron el lanzamiento del cibersitio federal para implementar dicha legislación han sido resueltos en su mayor parte y las inscripciones han aumentado.
Pero la Casa Blanca no ha dicho quiénes se han registrado, lo cual ha creado incertidumbre sobre si ese cibersitio y otros similares en algunos estados están bien encaminados a atraer a las personas jóvenes y saludables que son cruciales para que los precios se mantengan bajos.
Aparte de eso, el portavoz Josh Earnest dijo que la Casa Blanca entra al año nuevo alentada por "el modesto impulso legislativo" generado por el acuerdo presupuestario de diciembre.
"Tenemos esperanzas de que el Congreso pueda aprovechar ese impulso y conseguir progresos en otras prioridades en las que existen puntos en común", dijo.
No se requerirá mucho tiempo para que eso sea puesto a prueba, con debates sobre el seguro de desempleo, el gasto público y el tope para el endeudamiento gubernamental esperados en rápida sucesión en las primeras semanas del año.
Si los tres asuntos pueden ser resueltos sin demasiados problemas —de acuerdo con los estándares de Washington, por supuesto_, la Casa Blanca piensa que eso crearía una atmósfera favorable para que Obama se centre en prioridades de su segundo período como la reforma a las leyes de inmigración y un alza del salario mínimo, aunque ambas enfrentan severos obstáculos.
El presidente regresa a Washington el domingo por la mañana tras un vuelo nocturno desde Hawai. Obama se pasó dos días tranquilos en la isla de Oahu jugando golf y relajándose con su familia y amigos de la infancia.
A su regreso, el mandatario entrará de lleno al debate sobre el expirado seguro de desempleo para 1,3 millones de estadounidenses. Harry Reid, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, programó una votación para el lunes por la noche sobre una propuesta de ley que restaurará esas prestaciones durante tres meses.
Al día siguiente, Obama realizará un evento en la Casa Blanca con algunas de las personas cuyos pagos expiraron en diciembre.
"Durante décadas, los republicanos y los demócratas han dejado a un lado el partidismo y la ideología con el fin de ofrecer alguna seguridad para quienes buscan empleo, incluso cuando el desempleo era más bajo que ahora", afirmó Obama en su alocución semanal por radio e internet. "En lugar de castigar a las familias con menos recursos, los republicanos deberían hacer que su resolución de Año Nuevo sea actuar en forma correcta y restaurar la seguridad económica para sus representados ahora mismo".
Además, el presidente deberá decidir sobre el futuro de las tropas estadounidenses en Afganistán. Su homólogo afgano Hamid Karzai aún no ha firmado un acuerdo bilateral de seguridad que el gobierno de Obama dice es crucial si es que algunas tropas estadounidenses van a permanecer en el país tras la retirada formal a fines de 2014.
Al iniciar su sexto año en el puesto, el presidente enfrenta además decisiones vitales sobre el futuro de los programas gubernamentales de espionaje electrónico y la guerra en Afganistán.
Sobre todo ello se ciernen las elecciones legislativas de noviembre, la última oportunidad de Obama de colocar más demócratas en el Capitolio que le ayuden a avanzar su agenda.
Para los republicanos, esos comicios son una oportunidad para tomar control del Senado, algo que dejaría a Obama en una posición muy difícil en los dos últimos años de su presidencia.
Un elemento a seguir en el 2014, tanto para la Casa Blanca como para los congresistas demócratas que buscan ser reelegidos, será la suerte de la ley de gastos médicos promovida por el presidente. Los problemas técnicos que plagaron el lanzamiento del cibersitio federal para implementar dicha legislación han sido resueltos en su mayor parte y las inscripciones han aumentado.
Pero la Casa Blanca no ha dicho quiénes se han registrado, lo cual ha creado incertidumbre sobre si ese cibersitio y otros similares en algunos estados están bien encaminados a atraer a las personas jóvenes y saludables que son cruciales para que los precios se mantengan bajos.
Aparte de eso, el portavoz Josh Earnest dijo que la Casa Blanca entra al año nuevo alentada por "el modesto impulso legislativo" generado por el acuerdo presupuestario de diciembre.
"Tenemos esperanzas de que el Congreso pueda aprovechar ese impulso y conseguir progresos en otras prioridades en las que existen puntos en común", dijo.
No se requerirá mucho tiempo para que eso sea puesto a prueba, con debates sobre el seguro de desempleo, el gasto público y el tope para el endeudamiento gubernamental esperados en rápida sucesión en las primeras semanas del año.
Si los tres asuntos pueden ser resueltos sin demasiados problemas —de acuerdo con los estándares de Washington, por supuesto_, la Casa Blanca piensa que eso crearía una atmósfera favorable para que Obama se centre en prioridades de su segundo período como la reforma a las leyes de inmigración y un alza del salario mínimo, aunque ambas enfrentan severos obstáculos.
El presidente regresa a Washington el domingo por la mañana tras un vuelo nocturno desde Hawai. Obama se pasó dos días tranquilos en la isla de Oahu jugando golf y relajándose con su familia y amigos de la infancia.
A su regreso, el mandatario entrará de lleno al debate sobre el expirado seguro de desempleo para 1,3 millones de estadounidenses. Harry Reid, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, programó una votación para el lunes por la noche sobre una propuesta de ley que restaurará esas prestaciones durante tres meses.
Al día siguiente, Obama realizará un evento en la Casa Blanca con algunas de las personas cuyos pagos expiraron en diciembre.
"Durante décadas, los republicanos y los demócratas han dejado a un lado el partidismo y la ideología con el fin de ofrecer alguna seguridad para quienes buscan empleo, incluso cuando el desempleo era más bajo que ahora", afirmó Obama en su alocución semanal por radio e internet. "En lugar de castigar a las familias con menos recursos, los republicanos deberían hacer que su resolución de Año Nuevo sea actuar en forma correcta y restaurar la seguridad económica para sus representados ahora mismo".
Además, el presidente deberá decidir sobre el futuro de las tropas estadounidenses en Afganistán. Su homólogo afgano Hamid Karzai aún no ha firmado un acuerdo bilateral de seguridad que el gobierno de Obama dice es crucial si es que algunas tropas estadounidenses van a permanecer en el país tras la retirada formal a fines de 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario