No hay remedio. La decisión de cambiar los trajes de competencia no alteró para nada la tanda de fracasos de los atletas de Estados Unidos, expuestos al ridículo de que aún no han atrapado una sola medalla en el patinaje de velocidad de los Juegos de Sochi.
Aunque Rusia sucumbió el sábado en su refriega de primera ronda contra Estados Unidos en el hockey masculino, el país anfitrión superó su cosecha de preseas doradas de hace cuatro años, cortesía de títulos en el patinaje de pista corta y el skeleton.
En otro día de sol brillante en las montañas, Anna Fenninger mantuvo la supremacía de Austria en el supergigante femenino del esquí alpino.
Tradicional potencia en el óvalo, Estados Unidos sigue sin levantar cabeza en la velocidad y la culpa apunta a su indumentaria.
En la antesala a las justas, los dirigentes estadounidenses presumían de los trajes fabricados por Under Armour, diciendo que sus patinadores iban a competir con la tecnología más avanzada.
Pero los trajes quedaron guardados en el ropero, debiendo desempolvar los que habían utilizado —con mejores resultados— al inicio de la temporada.
El cambio no surtió efecto, ya que Brian Hansen terminó séptimo en los 1.500 metros. Shani Davis, dos veces subcampeón en la distancia, terminó undécimo, en la que pudo haber sido la última carrera individual de su brillante carrera olímpica.
"Estamos sin medallas, ninguna", dijo Davis, quien a mitad de semana falló en su objetivo de convertirse en el primer patinador de velocidad en ganar la misma prueba olímpica —los 1.000— en tres citas consecutivas. "Y cómo marchan las cosas, parece que nos iremos sin nada".
Davis también cargó contra la federación de su país al señalar que debieron haber recibido los trajes antes del Año Nuevo.
En la final de los 1.500 más reñida de la historia, el polaco Zbigniew Brodka se adjudicó al oro al superar por tres milésimas al holandés Koen Verweij.
Mientras Estados Unidos naufraga, la plata de Verweij elevó a 13 la cosecha de los holandeses.
Luego del papelón en Vancouver 2010, donde conquistaron tres medallas de oro, los rusos sabían que como anfitriones no podían repetir semejante desempeño. Al alcanzar el punto medio en Sochi, los dueños de casa ya alcanzan cuatro.
Viktor Ahn, un surcoreano nacionalizado, se encargó de darle a Rusia su primer oro en el patinaje en pista corta al liderar un 1-2 junto a Vladimir Grigorev en los 1.000. El holandés Sjinkie Knegt se llevó el bronce, el primer metal en pista corta para su país, histórica potencia de la velocidad.
Ahn no es ningún desconocido del deporte. Con la bandera de su país natal, ganó títulos en la olimpiada de Turín 2006 y ahora quedó como el primer hombre con cuatro oros en pista corta y el primer en consagrarse campeón con países distintos.
El otro oro ruso lo consiguió Alexander Tretiakov en el skeleton masculino, la prueba en la que los pilotos se lanzan boca abajo en un pequeño trineo. Tretiakov deleitó a sus compatriotas al completar las cuatro carreras con tiempo de 3 minutos y 44.29 segundos, con una amplia ventaja sobre el letón Martins Dukurs y el estadounidense Matt Antoine.
Esos títulos mitigaron el mazazo que significó la derrota en el hockey ante Estados Unidos, su clásico rival. El duelo se definió en una tanda de penales en los que el delantero T.J. Oshie marcó cuatro veces.
Por tercera edición consecutiva, una mujer austríaca se subió a lo más alto del podio del supergigante, la modalidad que combina la velocidad del descenso con la técnica del slalom.
Fenninger supo domar una irregular pista en otro día que un sol brillante cubrió la estación de Rosa Khutor. Las caídas estuvieron al orden del día: De las 49 que participaron, 18 no llegaron a la meta.
Con su casco pintado con rayas de tigre, Fenninger empleó tiempo de 1 minutos y 25.52 segundos, superando por 55 centésimas a la alemana Maria Hoefl-Riesch, que el lunes había ganado la supercombinada. El bronce fue para la austríaca Nicole Hosp.
Las austríacas han encontrado tierra fértil en el supergigante. A partir de Calgary 1988, sus mujeres han ganado ocho de las 24 medallas disputadas.
"No puedo explicar por qué podemos ganar tantas medallas", dijo Fenninger. "Como que nos gusta".
Suecia se llevó el título en el relevo femenino de 4x5 kilómetros del esquí de fondo, con Finlandia y Alemania completando el podio. El fiasco fue del equipo de Noruega, que perdió su primera carrera desde 2009.
Aunque Rusia sucumbió el sábado en su refriega de primera ronda contra Estados Unidos en el hockey masculino, el país anfitrión superó su cosecha de preseas doradas de hace cuatro años, cortesía de títulos en el patinaje de pista corta y el skeleton.
En otro día de sol brillante en las montañas, Anna Fenninger mantuvo la supremacía de Austria en el supergigante femenino del esquí alpino.
Tradicional potencia en el óvalo, Estados Unidos sigue sin levantar cabeza en la velocidad y la culpa apunta a su indumentaria.
En la antesala a las justas, los dirigentes estadounidenses presumían de los trajes fabricados por Under Armour, diciendo que sus patinadores iban a competir con la tecnología más avanzada.
Pero los trajes quedaron guardados en el ropero, debiendo desempolvar los que habían utilizado —con mejores resultados— al inicio de la temporada.
El cambio no surtió efecto, ya que Brian Hansen terminó séptimo en los 1.500 metros. Shani Davis, dos veces subcampeón en la distancia, terminó undécimo, en la que pudo haber sido la última carrera individual de su brillante carrera olímpica.
"Estamos sin medallas, ninguna", dijo Davis, quien a mitad de semana falló en su objetivo de convertirse en el primer patinador de velocidad en ganar la misma prueba olímpica —los 1.000— en tres citas consecutivas. "Y cómo marchan las cosas, parece que nos iremos sin nada".
Davis también cargó contra la federación de su país al señalar que debieron haber recibido los trajes antes del Año Nuevo.
En la final de los 1.500 más reñida de la historia, el polaco Zbigniew Brodka se adjudicó al oro al superar por tres milésimas al holandés Koen Verweij.
Mientras Estados Unidos naufraga, la plata de Verweij elevó a 13 la cosecha de los holandeses.
Luego del papelón en Vancouver 2010, donde conquistaron tres medallas de oro, los rusos sabían que como anfitriones no podían repetir semejante desempeño. Al alcanzar el punto medio en Sochi, los dueños de casa ya alcanzan cuatro.
Viktor Ahn, un surcoreano nacionalizado, se encargó de darle a Rusia su primer oro en el patinaje en pista corta al liderar un 1-2 junto a Vladimir Grigorev en los 1.000. El holandés Sjinkie Knegt se llevó el bronce, el primer metal en pista corta para su país, histórica potencia de la velocidad.
Ahn no es ningún desconocido del deporte. Con la bandera de su país natal, ganó títulos en la olimpiada de Turín 2006 y ahora quedó como el primer hombre con cuatro oros en pista corta y el primer en consagrarse campeón con países distintos.
El otro oro ruso lo consiguió Alexander Tretiakov en el skeleton masculino, la prueba en la que los pilotos se lanzan boca abajo en un pequeño trineo. Tretiakov deleitó a sus compatriotas al completar las cuatro carreras con tiempo de 3 minutos y 44.29 segundos, con una amplia ventaja sobre el letón Martins Dukurs y el estadounidense Matt Antoine.
Esos títulos mitigaron el mazazo que significó la derrota en el hockey ante Estados Unidos, su clásico rival. El duelo se definió en una tanda de penales en los que el delantero T.J. Oshie marcó cuatro veces.
Por tercera edición consecutiva, una mujer austríaca se subió a lo más alto del podio del supergigante, la modalidad que combina la velocidad del descenso con la técnica del slalom.
Fenninger supo domar una irregular pista en otro día que un sol brillante cubrió la estación de Rosa Khutor. Las caídas estuvieron al orden del día: De las 49 que participaron, 18 no llegaron a la meta.
Con su casco pintado con rayas de tigre, Fenninger empleó tiempo de 1 minutos y 25.52 segundos, superando por 55 centésimas a la alemana Maria Hoefl-Riesch, que el lunes había ganado la supercombinada. El bronce fue para la austríaca Nicole Hosp.
Las austríacas han encontrado tierra fértil en el supergigante. A partir de Calgary 1988, sus mujeres han ganado ocho de las 24 medallas disputadas.
"No puedo explicar por qué podemos ganar tantas medallas", dijo Fenninger. "Como que nos gusta".
Suecia se llevó el título en el relevo femenino de 4x5 kilómetros del esquí de fondo, con Finlandia y Alemania completando el podio. El fiasco fue del equipo de Noruega, que perdió su primera carrera desde 2009.
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