El día de ayer tres de los cuatro detenidos por estar vinculados a la muerte de Philip Seymour Hoffman fueron procesados en una corte con cargos de drogas. La noche del martes, la policía detuvo a Robert Vineberg de 57 años, Max Rosenblum de 22 años, Thomas Kushman 48 años y Juliana Luchkiw 22 años.
Ayer se dio a conocer que los agentes que investigan la muerte del actor encontraron el número de teléfono del actor en los celulares de tres de los presuntos traficantes.
Según informó el portal TMZ, Robert Vineberg, el cabecilla del grupo, a quien las autoridades describieron como a un músico relacionado con la industria del entretenimiento que le vendió drogas a Hoffman, se declaró no culpable de posesión de heroína con la intención de vender.
Juliana Luchkiw –quien se declaró no culpable y dijo no conocer a Hoffman– y Max Rosenblum no están acusados de posesión de heroína, aunque sí se les acusó de un cargo a cada uno por posesión de cocaína.
Y finalmente el que se libró de cargos por falta de pruebas fue Thomas Cushman.
Los oficiales que detuvieron a los cuatro sospechosos encontraron 350 papelinas en tres apartamentos de un edificio del Bajo Manhattan, el número 302 de la calle Mott, donde tuvieron lugar los arrestos.
La hijastra de Vineberg, Christina Soto, admitió ayer al diario New York Post que su padrastro es traficante de drogas, pero que no vendió la heroína que mató al famoso intérprete.
El artista de 46 años murió el domingo pasado por una supuesta sobredosis de heroína en su apartamento del West Village, en el que la policía encontró 50 papelinas y jeringuillas.
Los técnicos de Emergencias Médicas hallaron el cuerpo inerte de Hoffman, en bóxer y camiseta, en el suelo del baño y con una aguja todavía inyectada en su brazo izquierdo.
Las autoridades también descartaron que el contenido de la droga estuviera alterado con una sustancia que fuera determinante para quitarle la vida.
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