Tal vez por el hecho de que el presidente de Estados Unidos Barack Obama es conocido por ser un hombre muy activo, que juega al básquetbol, trota por los jardines de la Casa Blanca y de vez en cuando usa el gimnasio de la mansión ejecutiva los vendedores de imitaciones de pastillas contra la disfunción eréctil, están sacando provecho de la imagen del mandatario para comercializar sus productos en Pakistán.
Las pastillas para el sexo, que son una burda imitación de Viagra, son vendidas sin autorización en comercios, quioscos y otros establecimientos de ese país donde se profesa la religión musulmana. En los empaques de cuatro pastillas que cuestan alrededor de $1, se muestra la imagen de Obama vistiendo un esmoquin y apuntando con una pistola al estilo James Bond.
Y es que la virilidad es una de las principales características que muchos ven en el hombre que lleva las riendas de la potencia más poderosa del mundo. Pero además, Obama también irradia la imagen de ser un buen marido, que mantiene feliz a la primera dama Michelle Obama.
Algunas autoridades en Pakistán han alertando a la población que las pastillas azules son manufacturadas con sustancias desconocidas y que no son efectivas en asegurar un buen desempeño en la cama. La pastilla oficial Viagra está prohibida en ese país.
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