El papa Francisco está sujeto a la crítica creciente de quienes consideran que no está haciendo lo suficiente para controlar el abuso sexual por parte de religiosos.
Tres meses después que el Vaticano anunció que una comisión de expertos estudiará las mejores prácticas para proteger a los niños, no se han tomado medidas, no se han designado los miembros del grupo, ni se ha aprobado un estatuto sobre el alcance de las decisiones que tome.
Francisco no ha recibido a ninguna víctima, no ha actuado para destituir a un obispo condenado en 2012 por no informar sobre un presunto abusador, y el miércoles insistió en que la Iglesia ha sido atacada injustamente en la cuestión de los abusos, usando la misma retórica defensiva del Vaticano de hace una década.
Los defensores de las víctimas protestaron y exhortaron al pontífice a demostrar la misma compasión que ofrece a los enfermos, los pobres y los incapacitados a quienes fueron violados por sacerdotes cuando eran niños.
"Bajo el papa Francisco el Vaticano sigue negando su papel en la creación y mantenimiento de una cultura en la que se antepone la reputación de la Iglesia a la seguridad de los niños", dijo Maeve Lewis, directora ejecutiva del grupo irlandés One in Four.
No hay duda de que Francisco adora a los niños como un padre —tal como lo demuestra cada miércoles durante su audiencia general— y ha seguido destituyendo a curas pedófilos. Pero al contrario que el papa Benedicto XVI, rara vez ha hablado públicamente sobre el tema, lo que da la impresión de que no ha sido prioridad en el primer año de su papado. En cambio, se ha concentrado en transmitir al mundo su visión piadosa de la Iglesia y en reformar la burocracia de la Santa Sede.
De hecho, las palabras más enérgicas de Francisco sobre el abuso no fueron siquiera pronunciadas. Al parecer, el pontífice suprimió su discurso preparado del 2 de diciembre a los obispos de Holanda, que han enfrentado revelaciones de que unos 20.000 niños fueron abusados sexualmente en instituciones católicas de Holanda durante los últimos 65 años.
El 31 de enero, Francisco mencionó su nueva comisión sobre abuso sexual en un discurso a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que maneja dichos casos. En sus palabras finales antes de impartir su bendición, dijo que los niños deben ser protegidos siempre y que pretende que la comisión haga un trabajo ejemplar.
"Durante un año hemos estado diciendo que mientras el papa Francisco logra progresos en las finanzas y gobierno de la Iglesia no ha hecho nada —literalmente nada— para proteger a un solo niño, exponer a un solo depredador o impedir un encubrimiento", se quejó Barbara Dorris, del principal grupo estadounidense de víctimas SNAP.
Tres meses después que el Vaticano anunció que una comisión de expertos estudiará las mejores prácticas para proteger a los niños, no se han tomado medidas, no se han designado los miembros del grupo, ni se ha aprobado un estatuto sobre el alcance de las decisiones que tome.
Francisco no ha recibido a ninguna víctima, no ha actuado para destituir a un obispo condenado en 2012 por no informar sobre un presunto abusador, y el miércoles insistió en que la Iglesia ha sido atacada injustamente en la cuestión de los abusos, usando la misma retórica defensiva del Vaticano de hace una década.
Los defensores de las víctimas protestaron y exhortaron al pontífice a demostrar la misma compasión que ofrece a los enfermos, los pobres y los incapacitados a quienes fueron violados por sacerdotes cuando eran niños.
"Bajo el papa Francisco el Vaticano sigue negando su papel en la creación y mantenimiento de una cultura en la que se antepone la reputación de la Iglesia a la seguridad de los niños", dijo Maeve Lewis, directora ejecutiva del grupo irlandés One in Four.
No hay duda de que Francisco adora a los niños como un padre —tal como lo demuestra cada miércoles durante su audiencia general— y ha seguido destituyendo a curas pedófilos. Pero al contrario que el papa Benedicto XVI, rara vez ha hablado públicamente sobre el tema, lo que da la impresión de que no ha sido prioridad en el primer año de su papado. En cambio, se ha concentrado en transmitir al mundo su visión piadosa de la Iglesia y en reformar la burocracia de la Santa Sede.
De hecho, las palabras más enérgicas de Francisco sobre el abuso no fueron siquiera pronunciadas. Al parecer, el pontífice suprimió su discurso preparado del 2 de diciembre a los obispos de Holanda, que han enfrentado revelaciones de que unos 20.000 niños fueron abusados sexualmente en instituciones católicas de Holanda durante los últimos 65 años.
El 31 de enero, Francisco mencionó su nueva comisión sobre abuso sexual en un discurso a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que maneja dichos casos. En sus palabras finales antes de impartir su bendición, dijo que los niños deben ser protegidos siempre y que pretende que la comisión haga un trabajo ejemplar.
"Durante un año hemos estado diciendo que mientras el papa Francisco logra progresos en las finanzas y gobierno de la Iglesia no ha hecho nada —literalmente nada— para proteger a un solo niño, exponer a un solo depredador o impedir un encubrimiento", se quejó Barbara Dorris, del principal grupo estadounidense de víctimas SNAP.
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