"Era un hombre de Dios, pero no es necesario hacerlo santo. Tendría que haberse retirado antes." Faltando dos semanas para que Juan Pablo II y Juan XXIII sean proclamados santos por el Papa Francisco, empiezan a salir a flote algunas dudas sobre al papa polaco, como las que manifestó, en su momento, el cardenal jesuita Carlo Maria Martini, famoso intelectual progresista que murió en agosto de 2012.
Martini fue uno de los 114 testigos escuchados durante el proceso de canonización de Karol Wojtyla (1920-2005), que será proclamado santo en tiempo récord, a tan sólo nueve años de su muerte. Según reveló el miércoles el Corriere della Sera, basándose en La santidad del papa Wojtyla, un libro recientemente publicado por el historiador Andrea Riccardi, el cardenal jesuita no estaba muy de acuerdo con la canonización de Juan Pablo II.
En su testimonio durante el proceso, de hecho, Martini señalaba algunas "limitaciones" en acciones y decisiones del papa polaco. Entre ellas, algunas designaciones "no muy felices" de colaboradores, especialmente en los últimos tiempos; excesivo apoyo a los movimientos, "relegando de hecho las iglesias locales"; imprudencia al ponerse "en el centro de la atención -especialmente en los viajes- con el resultado de que la gente lo percibía como el obispo del mundo y quedaba opacado el rol de la Iglesia local y del obispo".
Martini, arzobispo emérito de Milán y prestigioso biblista, en su testimonio también destacó mucho los aspectos positivos de Juan Pablo II, "hombre de Dios y servidor fiel" de la Iglesia. "Su momento mejor era el encuentro con las masas y en especial con los jóvenes", dijo, al considerar, además, admirable "el coraje" demostrado después del atentado sufrido el 12 de mayo de 1981: "No se retiró mínimamente del contacto con la multitud, aunque lo expusiera al peligro". Fue "evidente", por otra parte, la virtud de la perseverancia "en una tarea ardua y difícil". Más allá de eso, eran patentes sus dudas sobre un Wojtyla "santo súbito".
"No quisiera subrayar más de lo debido la necesidad de su canonización, porque me parece que es suficiente el testimonio histórico de su dedicación seria a la Iglesia y al servicio de las almas", indicó Martini al dar su testimonio en la causa. Este jesuita sorprendió también al animarse a señalar que, quizá, Juan Pablo II, que no ocultó su sufrimiento y enfermedad durante los últimos años de pontificado, debería haberse retirado antes de morir. "No sabría decir si perseveró más de lo debido, teniendo en cuenta su salud. Personalmente pensaría que tenía motivos para retirarse antes", testimonió.
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