martes, 15 de abril de 2014

Investigan agresión sexual a joven inmigrante en Minnesota


Un presunto asalto sexual de un joven 18 años detenido por las autoridades de inmigración en el condado de Sherburne ha puesto en evidencia un problema emergente relacionado con abusos sexuales contra personas detenidas por residir ilegalmente en Estados Unidos.

La cárcel bajo contrato con el gobierno federal tiene 85 inmigrantes detenidos. Muchos no han sido acusados de delito alguno pero con frecuencia son mezclados con prisioneros que cumplen condenas. Desde los ataques sexuales, la cárcel ha dejado de tener detenidos por inmigración en celdas con otros presos, reportó el domingo el diario Star Tribune.

Además del caso criminal, el condado de Sherburne en Minnesota realiza una investigación administrativa sobre las acciones del personal del reclusorio o su pasividad por si contribuyó al delito, ante una nueva ley federal cuyo fin es cesar los abusos sexuales a los inmigrantes detenidos.

Un examen de The American Civil Liberties Union (Unión Estadounidense de Derechos Civiles, ACLU) descubrió casi 200 denuncias de que los detenidos fueron agredidos en reclusorios de todo el país de 2007 al 2011.

La Oficina de la Contraloría del Congreso de Estados Unidos (GAO por sus siglas en inglés) dijo el año pasado que son necesarias medidas para evitar los abusos sexuales en las 250 cárceles del Servicio de Inmigración y Aduanas, inclusive las encabezadas por los gobiernos estatales y locales.

Una auditoría descubrió que el 40 por ciento de las denuncias planteadas ante el organismo federal no fueron comunicadas a la sede central y que el 14 por ciento de las llamadas a un teléfono de asistencia para denunciar abusos no lograron establecer contacto.

El servicio aduanero detuvo a la víctima de Minnesota a fines de febrero e inició el proceso de deportación tras ser hallado culpable de intentar robar un reloj en un comercio Wal-Mart y tener una pequeña cantidad de marihuana.

Fue metido en una celda durante una semana con un convicto de abuso de menores. Según la queja criminal, el reo de 31 años admitió magrear en numerosas ocasiones a su compañero de celda cuando dormía. La víctima fue excarcelada desde entonces pero sigue encarando la deportación.

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