En lugar de una extensión de 3 meses para pagar la renta de los centros de jornaleros, estos trabajadores buscan una solución permanente y están proponiendo que les den un espacio de la ciudad. Siete centros para jornaleros fueron cerrados esta semana debido a recortes del presupuesto de la ciudad de Los Ángeles.
Guadalupe García, coordinadora del centro laboral que estaba ubicado sobre la calle intersección con la calle 18, en el centro de la ciudad, dijo que la moción que está bajo estudio en el Concejo de La Ciudad no es una solución, sino una pequeña ayuda que no resuelve el problema a largo plazo.
“Estamos pidiendo una solución permanente. Creemos que la mejor forma trasladar el centro a un espacio del cual sea dueño la ciudad, así no tendríamos que preocuparnos por mantener un contrato de arrendamiento con una empresa privada y nos podríamos enfocar en ayudar a los trabajadores y en desarrollar sus habilidades”, dijo García.
Unos 20 jornaleros se pararon en la esquina de la calle 18, a pocos pasos de donde estaba las oficinas y con pancartas pidieron al concejo de la ciudad que no los abandonen.
Para Raúl Salinas, un jornalero que consiguió trabajo mientras iniciaba la protesta de los trabajadores, la oficina que cerró era mucho más que un lugar a donde conseguir trabajo.
“En el centro recibíamos clases de promotores de salud, clases de inglés, de computación, de plomería, de albañilería y de seguridad en el trabajo… sin este centro nos vemos obligados a pararnos en las esquinas y a exponernos a maltratos, abusos y a veces hasta acosos”, dijo Salinas.
Juan Carlos Munguía, otro trabajador del centro, dijo que con el cierre de las oficinas se terminan también condiciones básicas como acceso a un inodoro.
“Necesitamos un centro de trabajo digno. Un lugar seguro a donde buscar empleos”, acotó Munguía.
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