Aunque gran parte de California continúa bajo el azote de una extrema sequía, las tormentas de primavera han aligerado un poco la presión y reducido el número de comunidades rurales en peligro de quedarse sin reservas de agua.
En febrero, el Departamento de Salud Pública de California reportó que 17 sistemas hídricos principalmente rurales tenían suministros de agua suficientes para menos de dos meses.
Pero en las últimas semanas, ese número ha caído a tres debido a que las lluvias de febrero y marzo mejoraron el panorama en algunas zonas.
En el pequeño poblado de Willits, del condado Mendocino, las dos pequeñas reservas de la comunidad de casi 5.000 habitantes están llenas después de haber quedado casi vacías en febrero. El poblado ordenó medidas obligatorias de conservación del agua, y ahora solicitó reducir voluntariamente su uso en 20%.
Aunque el panorama hídrico ha mejorado, el poblado asentado en los bosques de secoyas del norte de California está bajo la amenaza de otro problema relacionado con la sequía: el fuego. El estado ya ha atendido más de 1.000 incendios este año, cuando el número típico para esta temporada es de 450.
"Aún estamos bajo estado de emergencia declarado localmente. Pero el énfasis ha cambiado de falta de agua a peligro de incendios, y a conservación del agua para lo que prevemos será un año difícil en materia de incendios", dijo Adrienne Moore, administradora municipal de Willits.
El índice de sequía de Estados Unidos —U.S. Drought Monitor— muestra que la mayor parte del estado se encuentra en sequía "extrema" o "excepcional". La nieve acumulada en la Sierra Nevada, que provee un tercio del agua potable de California, tiene solo 32% del nivel normal, y el estado está por entrar en los meses secos del verano.
"Nos aproximamos rápidamente al final de la temporada de lluvias, pero es claro que todavía hay una hidrología muy seca en el estado", dijo Jeanine Jones, subgerente de sequías del Departamento de Recursos Hídricos de California. "La chequera se ha achicado significativamente y la cuenta de ahorros, que es el almacenamiento en las reservas, irá mermando conforme pase el verano".
En febrero, el Departamento de Salud Pública de California reportó que 17 sistemas hídricos principalmente rurales tenían suministros de agua suficientes para menos de dos meses.
Pero en las últimas semanas, ese número ha caído a tres debido a que las lluvias de febrero y marzo mejoraron el panorama en algunas zonas.
En el pequeño poblado de Willits, del condado Mendocino, las dos pequeñas reservas de la comunidad de casi 5.000 habitantes están llenas después de haber quedado casi vacías en febrero. El poblado ordenó medidas obligatorias de conservación del agua, y ahora solicitó reducir voluntariamente su uso en 20%.
Aunque el panorama hídrico ha mejorado, el poblado asentado en los bosques de secoyas del norte de California está bajo la amenaza de otro problema relacionado con la sequía: el fuego. El estado ya ha atendido más de 1.000 incendios este año, cuando el número típico para esta temporada es de 450.
"Aún estamos bajo estado de emergencia declarado localmente. Pero el énfasis ha cambiado de falta de agua a peligro de incendios, y a conservación del agua para lo que prevemos será un año difícil en materia de incendios", dijo Adrienne Moore, administradora municipal de Willits.
El índice de sequía de Estados Unidos —U.S. Drought Monitor— muestra que la mayor parte del estado se encuentra en sequía "extrema" o "excepcional". La nieve acumulada en la Sierra Nevada, que provee un tercio del agua potable de California, tiene solo 32% del nivel normal, y el estado está por entrar en los meses secos del verano.
"Nos aproximamos rápidamente al final de la temporada de lluvias, pero es claro que todavía hay una hidrología muy seca en el estado", dijo Jeanine Jones, subgerente de sequías del Departamento de Recursos Hídricos de California. "La chequera se ha achicado significativamente y la cuenta de ahorros, que es el almacenamiento en las reservas, irá mermando conforme pase el verano".
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