Pamela Phillips, quien en alguna ocasión fue una prominente socialité fue encontrada culpable del coche bomba que estalló en Tucson en 1996 en donde murió su ex esposo después de pasar años en el extranjero viviendo de manera espléndida por toda Europa.
Phillips, de 56 años, fue acusada de homicidio en primer grado y de conspiración para cometer un asesinato después de una deliberación que duró menos de tres días y que empezó la semana pasada.
La audiencia en donde se le dicatará sentencia será el 22 de mayo y podría pasar el resto de su vida en prisión.
Durante el juicio que empezó en febrero, los abogados de Phillips dijeron al jurado que su cliente no tenía nada qué ganar con la muerte del empresario Gary Triano y que ella era la víctima de unas autoridades muy celosas de su deber que no pudieron seguir otras pistas.
Agregaron que Phillips ya era una exitosa agente de bienes raíces y tenia su propio dinero y sugirieron que Triano tenía numerosos enemigos.
Sin embargo, la Fiscalía describió a Phillips como una cazafortunas que contrató a su ex novio para matar a Triano y cobrar 2 millones de dólares de su seguro de vida con el fin de mantener su extravagante gusto por la buena vida.
Han pasado casi dos décadas desde que Triano murió cuando explotó su auto mientras salía de un club campestre situado en el área de Tucson después de jugar golf.
Autoridades señalaron que Phillips le pagó 400 mil dólares a su ex novio Ronald Young para llevar a cabo el asesinato.
Young fue condenado en el 2010 y sentenciado a dos condenas de por vida en prisión, sin embargo, al jurado no se le permitió que consideraran su caso para determinar el destino de Phillips.
La Fiscalía presentó la imagen de una mujer que creció acostumbrada a vivir a lo grande y que se encontraba en problemas financieros y encontró una fácil manera de conseguir 2 millones de dólares.
El caso en su contra se basó mayormente en el acuerdo secreto que había entre Phillips y Young, con quien la acusada estuvo saliendo mientras trabajaba como agente de bienes raíces en Aspen, Colorado, después que se divorció de Triano.
Aunque Phillips afirmó que le pagó a Young los 400 mil dólares para que la ayudara con algunos negocios importantes y con la planeación financiera, la Fiscalía argumentó que el dinero fue el pago por el asesinato.
‘A él no le pagaron por una asesoría empresarial que ella nunca tomó, sino por cometer el homicidio’, indicó el fiscal Rick Unklesbay en los argumentos finales.
Durante el juicio, además de los testigos, la Fiscalía utilizó registros financieros y conversaciones telefónicas que Young grabó en secreto durante las pláticas que tuvo con Phillips.
En una de las grabaciones, Young parece enojarse por no recibir su pago y le dijo a Phillips: ‘Tú vas a terminar en una cárcel para mujeres por homicidio’.
Abogados de la defensa dijeron que las llamadas fueron tan sólo incoherencias de un estafador.
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