Durante décadas, el famoso restaurante Four Seasons de Nueva York lució una de las obras de arte más inusuales en la ciudad: la pintura de Pablo Picasso más grande en Estados Unidos. Pero un plan de renovación que implica mover la obra ha despertado una polémica.
La disputa que enfrenta a un prominente grupo conservacionista con un magnate inmobiliario amante del arte, ha desencadenado varios comentarios dispares y una demanda.
El propietario del edificio dice que "Le Tricorne" de Picasso, pintada sobre la cortina de un escenario teatral, debe retirarse del restaurante para reparar la pared que cubre.
Pero Landmarks Conservancy, un grupo sin fines de lucro propietario de la cortina, interpuso una demanda para impedir el traslado. El grupo dice que el daño a la pared es menor y que retirar la cortina podría destruirla.
"Tratamos de cumplir con nuestro deber y mantener intacto un emblema", afirmó Peg Breen, presidenta del grupo.
El propietario del edificio, RFR Holding Corp., una compañía cofundada por Aby Rosen, presidente del Consejo de las Artees, dijo que una necesidad estructural se ha convertido en una cruzada de arte.
"Este caso no se trata de Picasso", dijo el abogado de RFR Andrew Kratenstein en su presentación judicial. En cambio, escribió, se trata de si el propietario de una obra de arte puede insistir en que un propietario privado cuelgue una obra indefinidamente sin atender a las necesidades del edificio. "La respuesta evidente es no".
Picasso pintó la cortina en 1919 como una pieza escenográfica para "Le Tricorne" o el sombrero de tres picos, un ballet creado para el Ballet Russes de París.
La cortina no es considerada una obra de arte. Breen dijo que en 2008 fue valuada en 1,6 millones de dólares, muchísimo menos que el récord de 106,5 millones de dólares en que se vendió en 2010 una pintura de Picasso de 1932.
De todos modos "siempre fue considerada una de las principales obras de Picasso para decorado teatral", comentó su biógrafo John Richardson.
La cortina está en el Four Seasons desde su inauguración en 1959. Fue donada a Landmarks Conservancy en 2005.
La disputa que enfrenta a un prominente grupo conservacionista con un magnate inmobiliario amante del arte, ha desencadenado varios comentarios dispares y una demanda.
El propietario del edificio dice que "Le Tricorne" de Picasso, pintada sobre la cortina de un escenario teatral, debe retirarse del restaurante para reparar la pared que cubre.
Pero Landmarks Conservancy, un grupo sin fines de lucro propietario de la cortina, interpuso una demanda para impedir el traslado. El grupo dice que el daño a la pared es menor y que retirar la cortina podría destruirla.
"Tratamos de cumplir con nuestro deber y mantener intacto un emblema", afirmó Peg Breen, presidenta del grupo.
El propietario del edificio, RFR Holding Corp., una compañía cofundada por Aby Rosen, presidente del Consejo de las Artees, dijo que una necesidad estructural se ha convertido en una cruzada de arte.
"Este caso no se trata de Picasso", dijo el abogado de RFR Andrew Kratenstein en su presentación judicial. En cambio, escribió, se trata de si el propietario de una obra de arte puede insistir en que un propietario privado cuelgue una obra indefinidamente sin atender a las necesidades del edificio. "La respuesta evidente es no".
Picasso pintó la cortina en 1919 como una pieza escenográfica para "Le Tricorne" o el sombrero de tres picos, un ballet creado para el Ballet Russes de París.
La cortina no es considerada una obra de arte. Breen dijo que en 2008 fue valuada en 1,6 millones de dólares, muchísimo menos que el récord de 106,5 millones de dólares en que se vendió en 2010 una pintura de Picasso de 1932.
De todos modos "siempre fue considerada una de las principales obras de Picasso para decorado teatral", comentó su biógrafo John Richardson.
La cortina está en el Four Seasons desde su inauguración en 1959. Fue donada a Landmarks Conservancy en 2005.
No hay comentarios:
Publicar un comentario