Un senador de Luisiana se opone a un proyecto de ley que eliminaría recovecos legales en la prohibición estatal a las peleas de gallos, alegando que amenaza la actividad legítima de "boxeo de pollos".
Las críticas del senador Elbert Guillory, republicano por Opelousas, parecieron confundir a los miembros de la Comisión Judicial y asombraron al senador J.P. Morrell, demócrata por Nueva Orleáns, quien propuso las nuevas medidas.
¿Boxeo de pollos?
Guillory representa una zona rural que batalló por mantener la legalidad de las peleas de gallos antes de la prohibición. El legislador dijo que el boxeo de pollos es un deporte que usa parte de los mismos equipos que se usan en las peleas de gallos, pero no los especificó ni explicó cómo ese deporte es menos violento o mortal que las peleas de gallos.
"No tengo ningún conocimiento del boxeo de pollos, así que no puede hablar de eso", dijo Morrell. "Nunca había oído hablar de eso, suena como algo para disfrazar las peleas de gallos".
Entonces Guillory le respondió: "Es un deporte legítimo conocido como boxeo de pollos. No tiene nada que ver con las peleas de gallos y queda claro que este proyecto de ley afectaría, incluso penalizaría esa actividad legal".
Morrell dijo que lo que Guillory describió —un enfrentamiento entre dos pollos— ya está prohibido en una ley estatal de 2008 que criminalizó las peleas de gallos.
Los dos legisladores llevarán el asunto al pleno del Senado, después que la Comisión de Asuntos Jurídicos aprobó por 4 votos a favor y 2 en contra avanzar la propuesta de Morrell.
John Goodwin, director de políticas sobre crueldad contra los animales de la Humane Society de Estados Unidos, dijo que las peleas de pollos no son un deporte.
Goodwin dijo en un correo electrónico que el boxeo de pollos "es sólo un ejercicio creativo que se han inventado los que celebran peleas de gallos para ocultar su verdadera agenda, que es mantener las penalidades menos estrictas sobre esa actividad".
Las peleas de gallos son una tradición rural en que gallos especialmente criados a ese efecto, a los que se les colocan espolones, pelean a muerte frente a espectadores que hacen apuestas al desenlace. Durante años, los legisladores se resistieron a los esfuerzos de los activistas de los derechos de los animales por prohibir la actividad. Pero en 2007 cedieron y la prohibición entró en vigor un año después, que hizo de Luisiana el último estado del país en ilegalizar las peleas de gallos.
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