El Consejo de Seguridad de la ONU volvió fracasar el viernes por 13ra vez al no actuar sobre la creciente crisis en Ucrania, luego de una sesión en la que el embajador ruso Vitaly Churkin exigió que "se ponga fin de inmediato a toda la violencia" al tiempo que las potencias occidentales se mofaron de la indignación de su país.
Los miembros del Consejo acusaron a Rusia de equipar y financiar a las fuerzas pro rusas que han ocupado edificios del gobierno en 10 ciudades orientales de Ucrania. El gobierno de ese país inició el viernes su ofensiva más contundente hasta la fecha contra la insurgencia.
"Rusia... ha soltado bandas de matones en Ucrania... y repentinamente está descubriendo que esta combinación se le podría salir de control", destacó el embajador francés Gerard Araud.
Rusia convocó a su más reciente reunión del consejo, la segunda en una semana. Churkin exhortó a Kiev y a sus "facilitadores (occidentales)... a que no cometan un error fatal" y detengan la ofensiva, que calificó como "infortunios criminales". Volvió a calificar como ilegítimo al gobierno interino de Ucrania.
Pero el embajador británico Mark Lyall Grant respondió que "la indignación artificial de Rusia no convence a nadie", y la embajadora estadounidense Samantha Power señaló que Moscú "trata de insultar la inteligencia de la comunidad mundial" al convocar a otra sesión urgente del Consejo de Seguridad.
Hasta el momento el consejo no ha logrado llegar a acuerdo alguno sobre una acción en Ucrania, ya que Rusia tiene el poder de veto como miembro permanente. La Asamblea General de 193 naciones afirmó hace algunas semanas la integridad territorial de Ucrania en una votación sorprendentemente enérgica, aunque sin carácter de obligatoriedad, lo cual mostró la aislada posición de Rusia.
La frustración reinaba el viernes y Araud expresó su desesperación ante la "impotencia" del consejo.
"Los manifestantes pacíficos no utilizan propulsores de granadas", dijo ásperamente la embajadora de Lituania, Raimonda Murmokaite. "No secuestran a los observadores internacionales y los exhiben desvergonzadamente".
Horas antes el viernes, los insurgentes pro rusos derribaron dos helicópteros de las fuerzas armadas ucranianas. Y siete observadores europeos de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa siguen detenidos por los partidarios de Rusia.
Ucrania ha informado sobre la muerte de "muchos" rebeldes y de heridos en su primera ofensiva contra la avanzada insurgente. El Kremlin afirmó que los militares de Kiev han destruido el acuerdo de Ginebra logrado hace dos semanas para resolver la crisis.
El viceembajador de Ucrania ante la ONU, Aleksandr Pavlichenko, dijo en el consejo que su país rechaza todos los intentos de Rusia para responsabilizarle por no cumplir con el acuerdo de Ginebra, y desechó la "falsa" acusación de Moscú de que algunos de los miembros de la nueva operación militar en Ucrania hablaban inglés.
Los miembros del Consejo acusaron a Rusia de equipar y financiar a las fuerzas pro rusas que han ocupado edificios del gobierno en 10 ciudades orientales de Ucrania. El gobierno de ese país inició el viernes su ofensiva más contundente hasta la fecha contra la insurgencia.
"Rusia... ha soltado bandas de matones en Ucrania... y repentinamente está descubriendo que esta combinación se le podría salir de control", destacó el embajador francés Gerard Araud.
Rusia convocó a su más reciente reunión del consejo, la segunda en una semana. Churkin exhortó a Kiev y a sus "facilitadores (occidentales)... a que no cometan un error fatal" y detengan la ofensiva, que calificó como "infortunios criminales". Volvió a calificar como ilegítimo al gobierno interino de Ucrania.
Pero el embajador británico Mark Lyall Grant respondió que "la indignación artificial de Rusia no convence a nadie", y la embajadora estadounidense Samantha Power señaló que Moscú "trata de insultar la inteligencia de la comunidad mundial" al convocar a otra sesión urgente del Consejo de Seguridad.
Hasta el momento el consejo no ha logrado llegar a acuerdo alguno sobre una acción en Ucrania, ya que Rusia tiene el poder de veto como miembro permanente. La Asamblea General de 193 naciones afirmó hace algunas semanas la integridad territorial de Ucrania en una votación sorprendentemente enérgica, aunque sin carácter de obligatoriedad, lo cual mostró la aislada posición de Rusia.
La frustración reinaba el viernes y Araud expresó su desesperación ante la "impotencia" del consejo.
"Los manifestantes pacíficos no utilizan propulsores de granadas", dijo ásperamente la embajadora de Lituania, Raimonda Murmokaite. "No secuestran a los observadores internacionales y los exhiben desvergonzadamente".
Horas antes el viernes, los insurgentes pro rusos derribaron dos helicópteros de las fuerzas armadas ucranianas. Y siete observadores europeos de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa siguen detenidos por los partidarios de Rusia.
Ucrania ha informado sobre la muerte de "muchos" rebeldes y de heridos en su primera ofensiva contra la avanzada insurgente. El Kremlin afirmó que los militares de Kiev han destruido el acuerdo de Ginebra logrado hace dos semanas para resolver la crisis.
El viceembajador de Ucrania ante la ONU, Aleksandr Pavlichenko, dijo en el consejo que su país rechaza todos los intentos de Rusia para responsabilizarle por no cumplir con el acuerdo de Ginebra, y desechó la "falsa" acusación de Moscú de que algunos de los miembros de la nueva operación militar en Ucrania hablaban inglés.
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