El pasado jueves, un centenar de jornaleros, trabajadoras domésticas y activistas llevaron a cabo ayer una caminata de 40 kilómetros, desde Harbor City a la Alcaldía de la ciudad de Los Ángeles, para pedir fondos que permitan que los centros de jornaleros sigan operando.
"El mensaje de esta caminata", dijo Martha Arévalo, directora de CARECEN, "es que la igualdad para el jornalero empieza en estos centros, que son de inclusión y que son importantes no sólo para el trabajador sino para toda la comunidad y por ello la ciudad debe seguir apoyándolos".
En marzo pasado, el Gobierno municipal anunció que no se destinarían más recursos a los centros de jornaleros, como consecuencia uno de los más afectados fue el que se ubicaba en la calle Main con la calle 18.
La ciudad le ofreció una extensión de tres meses, pero con una reducción presupuestal del 17 por ciento, lo que provocó que este centro ya no pudiera pagar la renta y tuviera que mudarse a la zona bodeguera de "Los Callejones", en Pico y Main.
Sin embargo, durante un mes, los 70 jornaleros que a diario buscaban ahí trabajo tuvieron que permanecer en la calle, lo que resultó en conflictos comunitarios, señaló Guadalupe García, coordinadora del centro.
Se sabe que jornaleros se han visto obligados a hacer sus necesidades fisiológicas en la vía pública y que la Policía ha destinado más elementos para perseguirlos solo por estar en las aceras. Igualmente hay más tensión con los comerciantes que se quejan de que les ahuyentan la clientela y ensucian las calles.
Además, los trabajadores se convierten en presa fácil de patrones abusivos que no les pagan, son discriminados y dejan de recibir clases de inglés, computación y talleres que mejoran sus habilidades, señaló Pablo Alvarado, coordinador de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON).
En el país existen alrededor de 270 de esos sitios que, a decir de Alvarado, han surgido de un conflicto comunitario y la marcha de ayer pidió que estos centros sigan operando, ya que los recursos del Gobierno local terminan el 30 de junio.
"Queremos recordarle a la ciudad que estamos hablando de personas, no de política, que a pesar de las contribuciones de los jornaleros y de que muchos gozan de su mano de obra de ellos, no aceptan su humanidad y les niegan ser iguales a las demás personas", mencionó Alvarado al participar en la caminata, la cual duró más de nueve horas.
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