Tres decisiones judiciales en menos de seis horas sobre la ejecución de la pena de muerte a un reo en Missouri volvieron a cuestionar el tema del tipo de drogas que están siendo utilizadas para este fin.
Finalmente fue la Suprema Corte de Estados Unidos la que emitió la última palabra, por ahora, al ordenar suspender la ejecución de Russell Bucklew acusado de asesinar a un hombre y de violar a su novia.
La orden vino directamente del magistrado de la Corte, Samuel Alito, pero el juez no específico las razones de la decisión. Solo se supo que se espera que la Suprema Corte emita mayores detalles sobre el caso este miércoles.
Primero, un panel de tres jueces de la corte del octavo circuito ordenó la suspensión, poco después el pleno de la corte falló en contra de la suspensión y mandó levantar la orden, hasta que el martes por la noche se pronunció la Suprema Corte.
La ejecución de Bucklew estaba prevista para la primera hora del miércoles.
El panel de jueces que concedió la primera suspensión basó su decisión ante el temor de que el reo atraviese por un sufrimiento injustificado tras la aplicación de la inyección letal.
Bucklew sufre una rara enfermedad que le produce tumores vasculares en el cuello por lo que su abogada argumentó que la condición impediría la circulación de la droga lo que provocaría una agonía cruel violando las normas legales vigentes.
El hecho se produce tres semanas después de la atroz agonía vivida por un condenado a muerte en Oklahoma y que generó controversia a nivel nacional.
La decisión final de la Suprema Corte podría crear jurisprudencia, mientras aparecen más recursos judiciales para cuestionar legalmente los nuevos procedimientos utilizados en las inyecciones letales, el secreto en torno a los fármacos empleados y el sufrimiento innecesario al que se enfrentan los condenados.
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