El congresista demócrata por Texas, Rubén Hinojosa, consideró hoy "crucial" que Estados Unidos "no de la espalda" a América Latina en la crisis de los niños indocumentados que cruzan solos la frontera de Estados Unidos y son detenidos por la patrulla fronteriza.
Los congresistas demócratas hispanos se reunieron hoy en el Congreso con representantes de las embajadas de México, Guatemala, Honduras y El Salvador para tratar de buscar soluciones a lo que el presidente Barack Obama ha descrito como "una situación humanitaria urgente".
"Es crucial que no demos la espalda a América Latina durante esta crisis", dijo Hinojosa, presidente del "caucus" (grupo) de congresistas hispanos (CHC), al término de la reunión, que calificó de "productiva".
Los congresistas hispanos se mostraron "muy preocupados" por el bienestar de estos niños que cruzan la frontera sin compañía de un adulto y desalentaron a las familias centroamericanas a que envíen a sus hijos solos, ya que el viaje es "muy peligroso".
Los legisladores estadounidenses se mostraron dispuestos a continuar trabajando con los países afectados y con la adminitración Obama para buscar "una solución amplia e inmediata a esta situación".
Durante la reunión, los congresistas y embajadores latinoamericanos analizaron las causas que llevan a estos niños a abandonar sus países de origen y emigrar solos a Estados Unidos y concluyeron que se trata de "un problema complejo que debe analizarse regionalmente".
Las embajadas centroamericanas, de donde proceden la mayoría de niños indocumentados no acompañados, están "uniendo esfuerzos para poder contrarrestar la crisis humanitaria que hay en la frontera entre México y Estados Unidos", explicó a la agencia dpa Karol Escalante, portavoz de la embajada de Honduras en Estados Unidos. "Se está trabajando como región para buscar el bienestar de los menores", añadió la portavoz.
Los embajadores, por su parte, negaron que el aumento significativo de niños indocumentados no acompañados que cruzan la frontera se deba al "efecto llamada" que tendría una eventual reforma migratoria, que regularía la situación de los 11 millones de indocumentados que actualmente viven en Estados Unidos.
La administración Obama dejó claro la semana pasada que los niños indocumentados que crucen ahora la frontera no podrán beneficiarse de la reforma migratoria, aprobada en el Senado en junio de 2013, pero que se encuentra atascada en la Cámara de Representantes ante la negativa de los republicanos a someterla a un voto en la cámara baja.
Tampoco podrán beneficiarse del programa de acción diferida (DACA en sus siglas en inglés), aprobado en 2012 y que ha beneficiado a casi 600,000 jóvenes indocumentados, conocidos en Estados Unidos con el nombre de "soñadores".
Los "soñadores" ("dreamers" en inglés) son jóvenes que llegaron ilegalmente a Estados Unidos cuando eran menores y que se han criado y educado en ese país, pero que por su condición de indocumentados vieron truncados sus sueños de estudiar en la universidad o trabajar legalmente en Estados Unidos.
Gracias a este programa los "soñadores" pueden ahora, por ejemplo, estudiar en la universidad, sacarse el carnet de conducir, obtener un número de la seguridad social o trabajar sin miedo a ser deportados.
La reunión entre congresistas hispanos y embajadores tuvo lugar dos días antes del viaje del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, a Guatemala, donde tiene previsto reunirse el viernes con el presidente Otto Pérez Molina y el presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, para abordar la cuestión.
El número de niños migrantes no acompañados detenidos en la frontera entre México y Estados Unidos casi se ha duplicado en lo que va de año fiscal 2014 y suman 47,017, según un informe del centro de estudios Pew Research.
Tres cuartas partes de los niños inmigrantes indocumentados solos provienen de Guatemala, Honduras y El Salvador, según datos oficiales.
En el año fiscal 2013 (de octubre 2012 a septiembre 2013) fueron denidos 24.493 menores de 18 años que cruzaron la frontera sin estar acompañados de un adulto o un tutor.
Datos oficiales estiman que el número podría superar los 60.000 este año fiscal. Pero, según calculos no oficiales citados por Pew Research, podrían alcanzar los 90,000 menores, "cuatro veces más que el año anterior".
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