Un grupo de senadores republicanos culpó hoy al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, por el aumento de la cifra de niños inmigrantes que llegan solos al país, un fenómeno que achacó a programas como el de Acción Diferida que permitió suspender temporalmente las deportaciones de jóvenes indocumentados.
En una audiencia en el Comité de Justicia del Senado, el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, recibió las críticas de los senadores republicanos después de que un informe publicado esta semana indicara que, en lo que va de año fiscal, la cifra de menores de edad que viajaron sin acompañante y fueron detenidos en la frontera entre México y Estados Unidos subió hasta 47,017, casi el doble respecto a 2013.
Los senadores apuntaron al programa de Acción Diferida (DACA, en inglés), suscrito en 2012 por el presidente para suspender la deportación de jóvenes indocumentados, como una de las causas, así como los intentos de aprobar una reforma migratoria para sacar de la sombra a los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en el país.
La llegada de menores de edad sin compañía a Estados Unidos a través de la frontera con México, en su mayoría procedentes de los países centroamericanos, ha generado una crisis humanitaria que obligó al Gobierno estadounidense a formar un grupo de coordinación entre agencias federales para afrontarlo.
"En 2011 había aproximadamente 7.000 menores no acompañados que fueron detenidos", dijo el senador por Texas Ted Cruz. "En 2012, ese número aumentó a 14,000. En 2013, se elevó a 24,000 Y, en 2014, su agencia calcula que va a llegar a los 90,000. En 2015, el Gobierno está estimando que subirá hasta llegar a 145,000", agregó.
"Es importante entender lo que esos números representan", continuó el senador, quien indicó que se trata de niños que son entregados "no a algún noble trabajador social que trata de ayudar", sino a organizaciones criminales que "atacan sexualmente y a veces matan a esos niños".
El Gobierno estadounidense ha achacado este fenómeno a la violencia en Centroamérica, en particular en Honduras, pero Cruz apuntó que las estadísticas revelan que las cifras empezaron a aumentar a mediados de 2012, "cuando la Administración garantizó unilateralmente una amnistía", en referencia a la Acción Diferida.
Este programa, del que se benefician unos 500,000 jóvenes y que acaba de ser renovado, otorga un permiso de trabajo y la suspensión de la deportación por dos años a jóvenes que llegaron a Estados Unidos de manera ilegal antes de cumplir los 16 años.
Uno de los requisitos para entrar en ese programa es que los jóvenes hayan llegado al país antes de junio de 2007, según recordó hoy el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Por su parte, el republicano por Iowa Chuck Grassley lamentó que en 2012 el Congreso no fuera consultado sobre la Acción Diferida para "aplazamiento del cumplimiento (de las leyes) a las personas (que se encontraban) en el país ilegalmente".
"Esto es un desastre que ha hecho esta Administración. Así que el presidente Obama debe asumir la responsabilidad", dijo el senador, quien acusó al presidente de haber "fallado en proponer soluciones que prevengan a los niños que sean puestos en situaciones así en el futuro".
El secretario Johnson reconoció la magnitud del problema y aseguró que están trabajando para acometer la situación de esos niños, una buena parte menores de 12 años, en coordinación con otras agencias federales.
"Estamos preocupados y vigilando de cerca un aumento significativo de la cifra de niños sin acompañante que son los individuos más vulnerables", declaró el secretario, que recientemente vistió un centro en McAllen (Texas) para conocer la situación de primera mano.
El senador demócrata Patrick Leahy consideró, en tanto, que se trata de una "situación humanitaria urgente" que hay que acometer y valoró que cada día que pasa sin que la Cámara de Representantes (liderada por los republicanos) actúe para avanzar en una reforma migratoria tiene un "coste humano".
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