El Papa advirtió que los políticos corruptos no podrán ser felices "en el más allá" porque "tienen el corazón podrido", en un discurso en el cual también se refirió a los traficantes de personas y los fabricantes de armas.
Durante la audiencia general de los miércoles, que presidió ante más de 50 mil personas que abarrotaron la Plaza de San Pedro, el líder católico habló del "temor de Dios" al cual calificó de "alarma" contra la "pertinacia en el pecado".
"¿Ustedes piensan que una persona corrupta será feliz en el más allá? No, todo el fruto de su corrupción ha corrompido su corazón y será difícil ir con el Señor", advirtió.
Precisó que cuando una persona vive en el mal cuando blasfema contra Dios, cuando explota a los demás, cuando los trata con tiranía, cuando vive solamente para el dinero, para la vanidad o el poder, o el orgullo, entonces el "santo temor de Dios" lo pone en alerta.
Insistió que nadie puede llevarse consigo al más allá ni el dinero, ni el poder, ni la vanidad, ni el orgullo. ¡Nada! Podemos sólo llevarnos el amor de Dios y lo que hemos hecho de bueno por los demás.
"Atención a no poner la esperanza en el dinero, en el orgullo, en el poder, en la vanidad, porque todo eso no puede prometernos nada de bueno. Pienso por ejemplo a las personas que tienen responsabilidad sobre los otros y se dejan corromper", ponderó.
Volvió a preguntar a la multitud: "¿Ustedes piensan que esta gente que trata las personas, que explota las personas, tiene el amor de Dios en el corazón? No, no tienen temor de Dios y no son felices. No lo son".
En términos similares se refirió a los fabricantes de armas los cuales -sostuvo- buscan fomentar las guerras. Sostuvo que si cuestionaba a los presentes cuántos de ellos fabricaban armas, seguro le respondían que ninguno.
"Porque estos fabricantes de armas no vienen a escuchar la palabra de Dios. Estos fabrican la muerte, son mercaderes de muerte y hacen mercancía de muerte. Que el temor de Dios les haga comprender que un día todo termina y que deberán rendir cuentas a Dios", sentenció.
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