La compañía AeroVironment, productora de estos artefactos y con sede en Artlington, Virginia, recibió el permiso de la Administración Federal de Aviación (FAA) para utilizar los drones con el fin de supervisar el trabajo en los oleoductos de la compañía British Petroleum (BP) en Alaska.
El secretario de Transporte de Estados Unidos, Anthony Foxx, dijo este martes en un comunicado oficial que estos vuelos, que comenzaron el 8 de junio pasado, son parte importante de las pruebas que realiza esa agencia federal sobre el impacto del creciente uso de los drones con fines no militares.
Empresas privadas estadounidenses presionan a las autoridades aeronáuticas para que aprueben el uso comercial de los drones en tareas de distribución de mercancías y otras actividades en el país, al tiempo que el Congreso exigió a la FAA que presente en 2015 un plan para extender el empleo de esas aeronaves.
La policía y otras agencias represivas norteamericanas intentan utilizar los drones en misiones de espionaje doméstico, pero grupos defensores de los derechos civiles como la Fundación de la Frontera Electrónica (FFE) se quejaron de que esto constituye una violación de la privacidad de los ciudadanos estadounidenses.
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