De acuerdo con el jefe de la Policía, Charles Beck, la entrega anónima de casi 13 mil armas de fuego desde 2008 ha contribuido a la reducción constante del número de tiroteos y víctimas fatales en Los Ángeles.
Hace seis años se registraron 294 balaceras que dejaron un saldo de 1,638 muertos en esta ciudad. En 2013 hubo 192 tiroteos y 1,007 fallecidos por esta razón, una caída de 39 y 35 por ciento, respectivamente.
"Este año han ocurrido mucho menos" incidentes, celebró Beck ayer lunes, al anunciar el resultado del programa de intercambio de armas por tarjetas de regalo, que se implementó el sábado.
A la luz del tiroteo en Isla Vista en el que murieron seis personas hace unos días, la Policía recibió 950 armas de fuego, de las cuales 31 son de asalto.
"Muchas de estas armas no pertenecen a una sociedad civilizada", dijo Beck, resaltando que Los Ángeles ha dejado de ser la capital de los asesinatos gracias a iniciativas como esta, cuya efectividad se vincula a que no cuestiona el proceder o uso que se le dio a pistolas y rifles entregados.
Para Beck, es preferible sacarlas de circulación que ir tras los criminales que las utilizaron.
"La balacera en Isla Vista es un recordatorio trágico de las consecuencias de la violencia de las armas en nuestro estado y país", expresó —por su parte —el alcalde Eric Garcetti.
Conocido en inglés como Gun Buyback, el plan se implementa en colaboración con empresas privadas. La armas entregadas han sorprendido a los agentes: se han recibido lanza granadas, poderosos rifles calibre .50 (que pueden derribar aeronaves) e incluso decenas de armas de fuego de una sola persona.
"Algunas de estas armas fueron usadas en la guerra, pasaron de generación en generación, quizás fueron usadas en horribles crímenes, pero una cosa es cierta: su vida termina aquí", señaló Garcetti.
"Cada arma que es retirada de las calles representa una oportunidad menos de que ocurra una tragedia", agregó el funcionario municipal.
Decenas de armas fueron desplegadas ayer en la conferencia de prensa que se realizó en la jefatura del LAPD. Entre éstas se encontraban rifles AR-15, como el usado en la masacre de la escuela primaria Sandy Hook en 2012 (que dejó un saldo de 26 muertos, la mayoría niños) y Kel-Tec, que puede ocultarse bajo una chamarra y al que se le puede colocar un cartucho de hasta 40 tiros.
"Esto claramente no tiene lugar en un ambiente normal", comentó Beck sosteniendo un Kel-Tec.
La mayor parte del armamento obtenido por el LAPD será fundido para reutilizar el metal.
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