El brote de ébola que ha dejado más de 1100 muertos en Africa Occidental podría durar otros seis meses, dijo el viernes la organización Médicos Sin Fronteras, mientras que un trabajador humanitario reconoció que se desconoce la verdadera cifra de víctimas fatales de la enfermedad.
Según las nuevas cifras difundidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Liberia registra el mayor número de fallecimientos de ébola —con 413— que cualquier otro de los países afectados.
Tarnue Karbbar, del grupo asistencial Plan International en el norte de Liberia, dijo que los equipos de ayuda simplemente no pueden documentar todos los casos que surgen.
Muchos de los enfermos aún son escondidos en casa por sus familiares, demasiado temerosos de acudir a un centro de tratamiento.
Otros son enterrados antes de que los equipos lleguen al área, dijo. En los últimos días, unos 75 casos han surgido en un solo distrito, el de Voinjama.
"Nuestro desafío ahora es poner en cuarentena la zona para interrumpir exitosamente la transmisión", dijo, en referencia al área de Voinjama.
No hay cura ni tratamiento aprobado para el ébola, en tanto que los pacientes a menudo tienen una muerte espantosa con sangrado en boca, ojos y oídos. El virus mortal se transmite mediante contacto con fluidos corporales como sudor, orina y evacuaciones diarreicas. Un reducido número de personas ha recibido un medicamento experimental de eficacia desconocida.
El viceministro de Salud de Liberia, Tolbert Nyenswah, dijo que tres personas en Liberia recibieron el viernes el medicamento ZMapp. Antes, sólo se había administrado a dos estadounidenses y un español. El español falleció en tanto que los estadounidenses mejoran pero se desconoce qué tanto ha tenido que ver el SMapp.
El médico Kent Brantly continuaba el viernes internado en el Hospital de la Universidad Emory en Atlanta. Brantly hizo declaraciones que difundió en un comunicado el grupo de asistencia cristiano Samaritan's Purse.
La OMS autorizó el uso de medicamentos no probados pero el suministro de éstos es muy limitado.
El punto principal para contener el brote precisa una buena higiene y la identificación y aislamiento rápidos de los enfermos, según la agencia de salud de Naciones Unidas. Sin embargo, la labor se dificulta cada vez más debido a la escasez de instalaciones de tratamiento.
Las camas en este tipo de centros se ocupan más rápido de lo que pueden proporcionarse, prueba de que el brote en Africa Occidental es más severo que lo que señalan las estadísticas, dijo Gregory Hartl, un portavoz de la OMS en Ginebra.
Médicos Sin Fronteras asumió recientemente el control de un centro de atención que tiene 40 camas en un condado puesto en cuarentena en Liberia. Sin embargo, 137 personas acudieron rápidamente al lugar y atestaron los pasillos mientras se les clasifica en infectados y no infectados, dijo Joanne Liu, presidenta del grupo internacional.
Nyenswa describió una situación similar en un centro de tratamiento en Monrovia, capital de Liberia: Una unidad dispuesta para 25 personas fue atestada con 80. Otro centro de atención con 120 camas tiene previsto abrir el sábado en las afueras de Monrovia.
"Es absolutamente peligroso", dijo Liu, quien regresó recientemente de Guinea, Liberia y Sierra Leona. "Debido al alto número de pacientes que han llegado en los últimos días, ya no tenemos capacidad para mantenerlos en zonas específicas. Todos están revueltos".
Liu comparó la situación con un estado de guerra porque la "línea del frente" siempre se mueve y es impredecible. Dijo que el brote podría durar otros seis meses.
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