Integrantes de una familia de San Diego, California, son los principales blancos de amenazas y comentarios racistas tras dar albergue a inmigrantes guatemaltecos que huyeron de la violencia generalizada de su país, de acuerdo a revelaciones hechas a la agencias de noticias Efe.
El empresario Mark Lane señaló que en los últimos seis días ha recibido más de 100 mensajes telefónicos, y en las redes sociales en los que se le crítica y hasta amenaza por ayudar a una familia que había solicitado asilo político.
"Ponían muchas cosas muy feas, decían que necesito una 'madriza' (golpiza), que soy un traidor a mi patria", confesó Lane, quien vivió por una década en México y es propietario del restaurante Poppa's Fresh Fish Company.
"Cada día que suena el teléfono ya no sé si es alguien que quiere amenazarme, a mí o a mi familia, si son mensajes de apoyo o si es un periodista… Ha cambiado mucho mi vida en estos últimos días", relató.
Lane señaló que el tono de los mensajes se incrementó tras ser identificado como uno de los administradores de la pagina "Boycott Murrieta", creada en Facebook para responder a las protestas ocurridas en dicha localidad por grupos opositores a la inmigración ilegal y que el pasado mes impidieron el traslado de indocumentados a una estación de la Patrulla Fronteriza.
Los promotores de las amenazas crearon en la misma red social una página que convocaba a un boicot contra él y su local, y que ahora se halla fuera de servicio luego de que la familia Lane enviara una notificación al que estiman es el principal instigador de la campaña en su contra.
Mark Lane y su familia decidieron dar albergue a una mujer de Guatemala y a tres de sus hijos, cuyas edades oscilan entre los 15 y 23 años, al considerar que constituía un acto de humanidad y compasión.
La familia guatemalteca se entregó en la garita de San Ysidro y fueron trasladados a un albergue en el norte de San Diego, en donde la hija fue "víctima de abusos", una circunstancia que movilizó a activistas por los derechos humanos a buscarles un lugar seguro mientras el padre y otro de los hijos gestionan en un centro de detención una solicitud de asilo político.
La madre guatemalteca, que prefirió no dar su nombre, explicó a Efe que su arribo a California se debe al calvario que padecían en su país, en donde grupos de pandilleros querían obligar a sus hijos a formar parte del crimen organizado.
"Salimos de Guatemala por amenazas de las 'Maras', porque mis hijos no quisieron entrar a la pandilla", declaró la madre, quien señaló que ahora han encontrado un poco de tranquilidad, en gran parte gracias a la hospitalidad de la familia Lane.
"No tenemos la gran casa, pero hay espacio. Todos estamos conviviendo bien y ya los sentimos como de la familia", comentó Lane, que ha interpuesto una queja por las amenazas recibidas ante la unidad de crímenes de odio de la Fiscalía del Condado.
"Estamos esperando pruebas más firmes, porque yo voy a demandar por esto", subrayó. "Tengo miedo por mi familia y estamos tomando medidas de precaución, pero yo sé que yo estoy haciendo lo correcto y quiero que quienes hicieron estas amenazas respondan ante la ley", precisó.
El gesto de este comerciante ha merecido también numerosas muestras de respaldo, para él y su familia, hasta un nivel que él jamás imaginó. "El otro día vinieron dos guatemaltecos, me preguntaron si hablaba español, les dije que sí, y llegaron y mi abrazaron", recordó Lane, casi entre lágrimas.
Enrique Morones, director y fundador de Ángeles de la Frontera, organización que ayudó a que la familia guatemalteca se hospedara con Mark Lane, lamentó que actos como estos deriven en comentarios de odio hacia quienes únicamente buscan ayudar.
"Nosotros le pedimos a la gente que los apoyen, que vayan a su restaurante, es una persona que está arriesgando todo por nuestros hermanos centroamericanos", afirmó Morones.
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