El papa Francisco dijo el lunes que apoya el uso de la fuerza en Irak a fin de evitar que milicianos islámicos ataquen a los cristianos y otras minorías religiosas, pero agregó que la comunidad internacional —y no sólo un país— debe decidir cómo intervenir. Dijo que analiza una posible visita a México el año próximo.
Francisco agregó que él y sus asesores contemplan si él debe visitar el norte de Irak para mostrar su solidaridad con los cristianos perseguidos, pero que no han tomado una decisión por ahora.
En declaraciones a los periodistas a bordo del avión papal que vuela a Roma desde Corea del Sur, el pontífice confirmó que viajará a Estados Unidos en septiembre de 2015 para asistir a una congregación de familias en Filadelfia y que sopesa hacer una gira norteamericana a tres ciudades, a fin de hablar ante el Congreso en Washington y la ONU en Nueva York.
Dijo que ese viaje podría incluir una escala en México, pero que no se ha decidido aún. También dijo que podría hacer una visita de un día a España el año próximo.
En cuanto a Irak, se le preguntó a Francisco si estaba de acuerdo con los ataques aéreos unilaterales estadounidenses a los extremistas del Estado Islámico que han tomado el control de franjas de territorio en el norte y el oeste de Irak y en el noreste de Siria, donde han obligado a los cristianos y a otras minorías a convertirse al Islam o huir de sus hogares.
"En estos casos, donde hay una agresión injusta, sólo puedo decir que es lícito detener al agresor injusto", dijo Francisco. "Subrayo el verbo 'detener'. No estoy diciendo 'bombardear' ni 'hacer la guerra', sólo 'detener'. Deben evaluarse los medios que se pueden utilizar para evitar esto".
Sin embargo, dijo, en la historia se ve que las potencias mundiales han utilizado estas "excusas" para detener una agresión injusta a fin de justificar una "guerra de conquista" en la que todo un pueblo es dominado.
"Una nación por sí sola no puede juzgar la forma de detener esto ¿Cómo se detiene a un agresor injusto?", agregó, aparentemente refiriéndose a Estados Unidos.
"Después de la Segunda Guerra Mundial, vino la idea de Naciones Unidas: Es ahí donde debe discutirse si hay una agresión injusta. Así lo parece ¿Cómo debemos detenerla? Sólo esto. Nada más".
Sus declaraciones fueron significativas porque el Vaticano se ha opuesto vehementemente a cualquier intervención militar en los últimos años. San Juan Pablo II buscó activamente evitar la guerra de Irak y el mismo Francisco encabezó una oración global y un ayuno por la paz cuando Estados Unidos amenazó con lanzar ataques aéreos contra Siria el año pasado.
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